El presidente Barack Obama lanzó la semana pasada su ofensiva económica con la promulgación de un paquete de medidas por 787.000 millones de dólares para alentar la economía y frenar la crisis de los embargos hipotecarios.
Obama, que pretende rescatar al país de su peor desastre económico desde la Gran Depresión de la década de 1930, afirmó que la reciente aprobación legislativa del paquete de estímulo fue "un gran logro en nuestro camino hacia la recuperación".
Una importancia posiblemente similar tendrá en el sector de la vivienda su esfuerzo por revertir el desplome inmobiliario que desencadenó la crisis financiera, de proporciones aún desconocidas.
El paquete de estímulo económico, que no tuvo apoyo de la minoría republicana en la Cámara de Representantes y obtuvo sólo tres votos opositores para recibir el aval del Senado, tiene el objetivo de salvar o crear hasta 3,5 millones de empleos con una colosal inversión gubernamental al tiempo que fomenta el consumo con modestas reducciones fiscales.
El plan sobre las hipotecas, con sus detalles aún afinándose, significa una contraofensiva ante el derrumbe del sector inmobiliario que dejó a millones de estadounidenses en riesgo de perder sus casas por incumplimiento de pagos. La crisis generó billones de dólares en activos incobrables que pusieron en grave apuro a las instituciones de crédito.
El paquete de estímulo de Obama fue precedido por el plan de rescate de 700.000 millones de dólares creado por el gobierno anterior, que presidió George W. Bush, para apoyar al sector financiero. La mitad del programa de Bush, en marcha a finales del año pasado, ya fue usado sin que lograra promover el crédito como se esperaba.
Obama intenta ahora incorporar la segunda parte del dinero a un programa que podría llegar a dos billones de dólares en partidas del gobierno y del sector privado para ayudar a que los bancos e instituciones de crédito a la vivienda se desprendan de algunos de sus activos llamados "tóxicos" y entonces intensifiquen la entrega de préstamos.
Uno de los asesores prominentes de Obama dijo el domingo que los estadounidenses verán pronto los resultados del plan de estímulo.
En declaraciones a la cadena televisiva Fox, David Axelrod, advirtió sin embargo que tardarán en aparecer sus efectos en las estadísticas del empleo, pues también demorará, indicó, la recuperación de la economía.
Obama se dispone a firmar el martes en Colorado el proyecto del plan de estímulo para convertirlo en ley, y al día siguiente detallar en Phoenix, Arizona, su propuesta sobre las hipotecas.
Las dos medidas implican que Obama se está distanciando claramente de las diferentes visiones políticas de demócratas y republicanos en Washington, a pesar de que ha buscado suavizar a la oposición republicana.
En su mensaje del sábado por radio e internet, Obama afirmó: "firmaré esta iniciativa" y "comenzaremos a hacer de inmediato las inversiones necesarias para colocar a las personas de vuelta en sus empleos para que lleven a cabo el trabajo que Estados Unidos necesita".
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