Negociadores del Congreso de Estados Unidos informaron ayer que han llegado a un acuerdo sobre el plan de estímulo económico de 789.000 millones de dólares -610.000 millones de euros- que contendrá recortes de impuestos y gastos, en una gran victoria para el Gobierno de Barack Obama en su intento de rescatar la maltrecha economía norteamericana.
El acuerdo fue posterior a las aprobaciones previas de leyes separadas en el Senado y en la Cámara de Representantes, cuyas diferencias necesitaban ponerse en común. El plan pretende revertir una profunda recesión que comenzó hace 14 meses. La votación final tendrá lugar probablemente esta misma semana.
Los demócratas controlan las dos cámaras del Congreso, y Obama les ha presionado para una rápida aprobación de un plan que espera que cree y salve hasta cuatro millones de puestos de trabajo en una economía en la que ha habido millones de despidos.
El plan no tiene prácticamente el visto bueno de ningún republicano, opuestos a más gasto del Gobierno, lo que pone de manifiesto la difícil tarea que afronta Obama tras ganar las elecciones de noviembre, cuando dijo que intentaría acercarse a todos los bandos. En el Senado la ley depende del apoyo de un puñado de republicanos moderados.
"Cada indicador económico y cada día nos recuerda de cómo debemos actuar, y actuar de manera robusta y rápida", dijo el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid, al anunciar el acuerdo. "Como en cualquier negociación, ha supuesto dar y recibir".
Los negociadores trabajaron hasta el último momento para zanjar las diferencias entre la versión de la Cámara de Representantes por 820.000 millones de dólares y la propuesta del Senado de 838.000 millones de dólares. Obama quiere firmar la ley el lunes. Sin el plan de estímulo, ha dicho que el país se enfrenta a una posible "catástrofe" económica.
Por sí sólo es poco probable que el plan arregle la economía, porque no trata los problemas del sector financiero que han frenado la concesión de créditos. El Gobierno espera que esto se afronte mediante un plan de rescate bancario que fue dado a conocer el martes por el secretario del Tesoro, Timothy Geithner.
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