El grupo finlandés Nokia, el mayor fabricante de teléfonos móviles del mundo, anunció el miércoles un plan de reestructuración de sus operaciones que supondrá el despido de unos 410 trabajadores y la suspensión temporal de otros 2.500 puestos de trabajo en Finlandia.
El gigante de las telecomunicaciones cerrará antes de final de año un centro de investigación y desarrollo (I+D) en Jyvaskyla (Finlandia), en el que trabajan 320 empleados, con el fin de concentrar el desarrollo de nuevos terminales en sus instalaciones de Tampere, Oulu, Salo y la región metropolitana de Helsinki.
"El cierre de nuestro centro en Jyvaskyla es lamentable, pero es una medida inevitable. Debemos adaptar nuestros recursos a la caída de la demanda para mantener nuestra competitividad también en el futuro", declaró en un comunicado Peter Ropke, responsable de I+D para móviles de Nokia.
La compañía finlandesa anunció también el despido de unos 90 trabajadores que realizan labores administrativas y de apoyo técnico en distintos departamentos.
Además, Nokia planea reducir la capacidad productiva de su planta de Salo mediante la suspensión temporal y escalonada de sus 2.500 trabajadores.
Los despidos temporales serán rotatorios y afectarán al mismo tiempo a entre el 20 y el 30% de la plantilla, según la compañía.
Con estas medidas, Nokia pretende reducir sus costes productivos y ajustar su producción de teléfonos móviles a la demanda global, debilitada por el enfriamiento de la economía mundial.
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