El Senado de Estados Unidos aprobó el martes el plan de estímulo económico del presidente Barack Obama, parte de una serie de pasos ambiciosos del gobierno que podrían representar cerca de tres billones de dólares de los contribuyentes y de fondos privados para reavivar la herida economía estadounidense.
La votación de 61 votos a favor y 37 en contra en el Senado fue una victoria importante para el presidente, pero traerá negociaciones arduas con la Cámara de Representantes, que el lunes aprobó una versión ligeramente diferente de la iniciativa de ley de 838.000 millones de dólares aprobada el martes.
Las negociaciones buscarán conciliar las versiones aprobadas por ambas cámaras del Congreso.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, prometió enviar una iniciativa acabada al escritorio de Obama "lo más pronto posible".
Obama, que se encontraba en Fort Myers, Florida, reaccionó a la votación diciendo que eran "buenas noticias… Es un buen inicio".
La aprobación de la cámara alta ocurría poco después que el Departamento del Tesoro y la Reserva Federal anunciaran la asignación de grandes sumas de dinero para ayudar a descongelar los mercados crediticios y frenar los despidos, que han dejado a 3,6 millones de estadounidenses desempleados.
Se trató de un día histórico en materia de medidas federales de emergencia, pero que no conmovió a Wall Street. El índice industrial Dow Jones perdía más de 300 puntos durante el intercambio vespertino.
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, delineó algunos detalles de cómo el gobierno de Obama gastaría los restantes 350.000 millones de dólares del programa de salvamento bancario de 700.000 millones de dólares que inició a finales del año pasado bajo el gobierno del entonces presidente George W. Bush.
Geithner anunció también una nueva asociación público-privada con la que se busca fortalecer a los bancos.
"Ahora mismo están dañadas partes cruciales de nuestro sistema financiero", afirmó Geithner al develar el nuevo plan. "En lugar de catalizar la recuperación, el sistema financiero está trabajando contra la recuperación y esa es una dinámica peligrosa que necesitamos cambiar", advirtió.
Sumado al plan de estímulo del Congreso, que busca crear empleo y hacer que los estadounidenses gasten su dinero de nuevo, el total de estos esfuerzos combinados podría superar fácilmente los dos billones de dólares.
En otro compromiso gubernamental de apoyo financiero, la Reserva Federal quintuplicó un programa creado para aumentar los recursos para el crédito al consumidor y los empréstitos a los pequeños negocios: De los 200.000 millones de dólares originales a alrededor de un billón de dólares.
En la votación del Senado que aprobó la iniciativa de estímulo, sólo tres republicanos votaron a favor del plan, uniéndose a 56 demócratas y dos independientes.
Durante un foro en el municipio de Fort Myers, Florida, una zona muy afectada por las ejecuciones de hipotecas impagas, Obama dijo que demócratas y republicanos deben colaborar.
"Cuando el pueblo se está incendiando, uno no mira los rótulos partidarios", dijo el presidente. "Todos deben tomar una manguera".
"No podemos quedarnos de brazos cruzados y esperando que las cosas resulten bien", dijo Obama. "Yo creo en la esperanza, pero también creo en la acción".
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