La intervención televisada del presidente francés, Nicolas Sarkozy, el pasado jueves 5 de febrero, para explicar las medidas adoptadas frente a la crisis económica parece no haber tranquilizado a la mayoría de los franceses, según un sondeo realizado por Vivavoce y publicado el lunes por el diario ‘Libération’, en el que el 53% de los encuestados consideran que es buen momento para nuevos movimientos sociales dadas las dificultades que atraviesa el país.
El barómetro certifica igualmente que la crisis económica está hundiendo a pasos agigantados la efímera popularidad de Sarkozy, que pierde en un mes cinco puntos y sólo el 41% de los preguntados emite una opinión favorable del jefe del Estado.
En concreto, Sarkozy sólo goza de la confianza de un tercio de los obreros, un 34% para ser exactos, lo que supone 14 puntos menos que en el anterior sondeo. Y también el primer ministro, François Fillon, registra una popularidad a la baja, perdiendo 4 puntos en las opiniones favorables de sus conciudadanos y alcanzando su peor puntuación desde que fue nombrado al frente del Ejecutivo en mayo de 2007.
El reproche fundamental de los franceses es la respuesta que se ha dado a la crisis económica porque, si hace un mes un 41% se mostraba satisfecho, ahora ese porcentaje se queda en el 31%. El 66% de los franceses expresan directamente su insatisfacción, cuando en enero eran el 56%.
Esa sensación afecta a numerosas categorías socioprofesionales pero es más acusada entre los asalariados (un 71% se muestran insatisfechos); los jubilados (53%); los jóvenes entre 18 y 24 años (73%) y las mujeres (69%).
A pesar de este escenario, el principal partido de la oposición, el Partido Socialista francés, tampoco sale bien parado en las encuestas y el plan alternativo de relanzamiento económico que proponen los socialistas no resulta creíble para el 54% de los franceses y sólo lo es para un 37% de los votantes de izquierda.
De todas formas, los franceses no culpan de la crisis a Sarkozy y su política -sólo el 14% lo hace- sino que critican las derivas del sistema financiero -el 57%- y que se haya dejado demasiada libertad de acción a los banqueros -el 22%-.
"Desconfianza respecto a los partidos de gobierno, decepción frente a las acciones o propuestas para responder a la crisis. Esta configuración bien puede desembocar en una explosión social", alerta ‘Libération’, que recuerda que el 53% de los franceses están dispuestos a salir a protestar a la calle, sobre todo por el temor al paro, un porcentaje que en el caso de los jóvenes de entre 18 y 24 años llega al 68%.
AVANCE DE LOS EXTREMISMOS
Entre los votantes de izquierda son el 74% los que se dicen dispuestos a participar en nuevas jornadas de movilización social, un 87% en el caso de los partidarios del líder de la izquierda radical Olivier Besancenot, un 71% en el de los simpatizantes socialistas y hasta en un 57% en los que apoyan las tesis del ultraderechista y xenófobo Frente Nacional (FN).
"Se trata de un escenario ya visto durante los periodos oscuros de la Historia", explica François Miquet-Marty, director asociado del Instituto de sondeos, que encuentra en la radiografía que esboza la encuesta las condiciones que en el pasado hicieron avanzar los extremismos: una gran crisis económica, enormes preocupaciones sociales y una desconfianza hacia las soluciones propuestas por las instancias gubernamentales.
Los comentarios están cerrados.