La Comisión Europea ha rechazado la semana laboral de 65 horas y aceptado que los períodos inactivos de las guardias médicas computen como tiempo de trabajo, según un documento divulgado hoy.
Después de que el Parlamento Europeo rechazara en diciembre el acuerdo del Consejo de la UE sobre la nueva directiva de tiempo de trabajo, el documento de la CE es una opinión enviada a ambas instituciones para promover un acuerdo.
‘La perspectiva de la Comisión es que hay que intentar encontrar un punto intermedio’ entre el Consejo y el Parlamento, señaló la portavoz de Trabajo y Asuntos Sociales en la CE, Chantal Hughes.
Así, la CE acepta una de las 22 enmiendas del PE que propone eliminar el artículo que fija en hasta 65 horas el tiempo de trabajo máximo semanal.
Ese artículo ‘ha sido el más criticado desde la adopción (en el Consejo) y ha conducido a considerables distorsiones sobre sus objetivos’, reconoce la opinión de la Comisión.
Sin embargo, la CE recuerda que los países comunitarios pueden establecer niveles superiores al máximo actual de 48 horas para los trabajadores que aceptan superar ese límite.
La situación actual es que en algún país comunitario se puede trabajar hasta 78 horas, por lo que el rechazo del PE a la nueva directiva no solucionó esa situación, según recuerdan fuentes comunitarias.
La Comisión también rechaza en su opinión la propuesta del PE de eliminar en un plazo de tres años el llamado ‘opt-out’, la cláusula que permite que, en caso de acuerdo entre el empresario y el trabajador, éste supere el límite de las 48 horas por semana.
Según el Ejecutivo comunitario, la eliminación de esa posibilidad no es posible en estos momentos debido a la postura de los países comunitarios, mayoritariamente en contra.
La CE también se alinea con el Parlamento en la cuestión de las guardias médicas, al considerar que la espera entre diferentes consultas debe considerarse como tiempo de trabajo.
En general, el punto de vista de la Comisión parece ser que el Consejo se acerque a la postura de la Eurocámara en la cuestión de las guardias, mientras que los eurodiputados deberían aproximarse a los países de la UE en el ‘opt-out’, explicaron las fuentes comunitarias.
En conjunto, de las 22 enmiendas que el PE aprobó contra el texto aprobado por los Gobiernos de la UE -con la oposición de España y Grecia-, la Comisión respalda seis de ellas de forma completa y nueve de forma parcial o pendiente de cambios lingüísticos.
El PE nombró el pasado martes la delegación que negociará con el Consejo de la UE una conciliación en esta directiva, que estará formada por 27 integrantes y un equipo negociador de cuatro miembros, entre ellos el socialista español Alejandro Cercas, que fue el ponente del informe sobre el que el PE rechazó el acuerdo alcanzado en el Consejo por los gobiernos comunitarios.
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