Los dirigentes sindicales franceses dijeron el viernes que estaban decepcionados con las iniciativas presentadas por el presidente Nicolas Sarkozy para atajar la crisis económica y advirtieron de que estaban dispuestos a lanzar nuevas protestas contra el Gobierno.
Sarkozy anunció el jueves que desecharía un impuesto empresarial local para alentar a las compañías a mantener sus fábricas y empleos en Francia, pero se negó a ceder ante las demandas sindicales de proporcionar ayuda directa a los consumidores con problemas.
En su lugar, propuso conversaciones el 18 de febrero para abordar posibles incrementos de las prestaciones sociales o recortes parciales de impuestos.
"No hubo medidas concretas o inmediatas. Todo fue pospuesto hasta que haya más negociaciones", dijo Jean-Claude Mailly, responsable del sindicato Force Ouvriere.
Hasta 2,5 millones de personas participaron en la huelga nacional del 29 de enero para mostrar su desacuerdo con el paquete de estímulo de 26.000 millones de euros de Sarkozy, que pone énfasis en la inversión pública en lugar de fomentar el gasto en la calle.
Los líderes de las ocho federaciones sindicales francesas tienen previsto reunirse el lunes para planificar nuevos pasos en su movimiento de protesta.
"Lo que está claro es que tenemos que continuar con la movilización. De otra forma, permaneceremos en esta situación confusa", dijo Bernard Thibault, responsable del sindicato CGT, a la emisora Europe 1, sin dar más detalles.
Francis Chereque, presidente del sindicato moderado CFDT, explicó que esperaban más de Sarkozy, pero descartó más movilizaciones hasta que los dirigentes laborales se reúnan con el presidente a finales de este mes.
"(Sarkozy) no fue muy preciso. Claramente hoy hay un sentimiento de decepción", dijo a la cadena RMC.
Chereque apuntó que podrían establecer una fecha para más paros a nivel nacional en marzo, mientras que el sindicato de línea dura SUD indicó que una nueva huelga era vital.
"Obviamente, tenemos que mantener la presión y anunciar el lunes por la noche una nueva fecha de fuertes protestas en la forma de una huelga o movilización nacional", apuntó Christian Mahieux, prominente líder de SUD a LCI television.
Sarkozy indicó que su principal preocupación era salvar puestos de trabajo tras las pérdidas de los últimos meses, y descartó un incremento en el salario mínimo o una reducción generalizada en los impuestos a las ventas, como han pedido los sindicatos y la oposición.
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