El fabricante alemán de microprocesadores en quiebra Qimonda anunció el martes que cerrará la única planta que posee en Estados Unidos, lo que implica la pérdida de 1.500 empleos, y advirtió que la firma será liquidada si no encuentra inversores que la apoyen.
La clausura de la planta en Sandston, cerca de la capital del estado de Virginia, Richmond, "era inevitable para mejorar la eficiencia productiva y para centrarse en la siguiente generación de chips", dijo el miembro del consejo de administración Thomas Seifert en un comunicado.
La producción en otras plantas de la empresa se mantendrá, aunque no se ha decidido si las operaciones continuarán en caso de que Qimonda fuera escindida o absorbida por otra compañía.
"Si no se pueden encontrar inversores para financiar la continuación de las empresas de Qimonda, probablemente Qimonda AG será liquidada", agregó Seifert.
Qimonda anunció el año pasado que pensaba reducir la producción de la planta de Sandston y reducir 1.200 empleos.
La firma se declaró en quiebra en enero tras afirmar que el intento de rescate de 325 millones de euros del estado de Sajonia, la matriz Infineon y un grupo de bancos no llegó a tiempo.
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