La Comisión Europea dijo ayer que "comprende" los temores de los trabajadores británicos del sector de la energía, pero avisó de que manifestarse en contra de los obreros de otros Estados miembros "no es la respuesta adecuada", porque el cierre de fronteras dentro de la UE provocaría más paro.
"Si se entra en una espiral de cierre de fronteras, al final todos -los países- serán más pobres y tendrán menos empleo", afirmó el portavoz del Ejecutivo comunitario, Johannes Laitenberger. "Las economías abiertas como las que tenemos están mucho mejor preparadas para resistir esta tormenta, también en términos de empleo", insistió.
"El mercado interior, por su apertura, crea muchos empleos. El hecho de cerrarse a los otros no crea más empleos. Si queremos mantener el nivel más elevado de empleo, hay que aprovechar plenamente el mercado interior", señaló el portavoz.
A juicio del Ejecutivo comunitario, entrar en una "espiral de proteccionismo" pondría en riesgo "muchos puestos de trabajo en Europa y también en Reino Unido". En este sentido, Bruselas comparte la reacción del primer ministro británico, Gordon Brown, de censurar las protestas y recalcar que la prioridad debe de ser ahora crear nuevos puestos de trabajo.
La Comisión explicó también que de momento no ve necesario modificar la norma comunitaria que rige la situación de los trabajadores desplazados. Y recordó que Reino Unido se ha beneficiado también de esta directiva porque hay un mayor número de británicos desplazados dentro de la UE que de ciudadanos comunitarios en Reino Unido.
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