La Tasa de Actividad Emprendedora Total (TEA) en España durante la primera mitad de 2008 se redujo un 8% respecto al mismo periodo del año anterior, según el informe GEM (Global Entrepreneurship Monitor), elaborado por IE Business School.
Según detalla el informe, la medición de esta tasa se llevó a cabo cuando la recesión aún no había alcanzado el grado de crisis, por lo que su impacto en la actividad emprendedora fue moderado y menor que el registrado en crisis como la de los atentados del 11 de septiembre, cuando el TAE cayó un 24%.
Por su parte, la inversión en iniciativas emprendedoras completamente innovadoras en productos o servicios, elemento clave en la recuperación de sectores tan afectados por la crisis como el inmobiliario, automoción o construcción, se mantuvo en torno al 20%.
El porcentaje de iniciativas emprendedoras exportadoras se mantuvo en un 43%, lo que supone las mismas tasas de 2007. No obstante, entre las empresas consolidadas, este dato aumentó un 4%, algo lógico según los autores, "dado que la diversificación de mercados es una medida habitual ante situaciones recesivas en el mercado interior y estas empresas tienen más experiencia que las que están en fase de despegue".
Por su parte, la tasa de abandono de iniciativas creció del 1% registrado en 2007 al 1,3% en 2008, porcentaje del que un 0,97% fueron cierres y un 0,33% traspasos. Los autores del GEM estiman que de julio de 2007 a julio de 2008 cerraron más de 250.000 empresas, cifra que ha aumentado en porcentaje en el último semestre de 2008 por el empeoramiento del entorno macroeconómico.
Un 80% de los emprendedores que pusieron en marcha sus empresas en 2008 lo hicieron para aprovechar una oportunidad, frente a un 14,8% que lo decidieron por necesidad o falta de alternativa profesional y a un 5,2% que esgrimieron otros motivos. En este sentido, el estudio afirma que el crecimiento del emprendimiento por necesidad será aún mayor en los próximos años ante la destrucción de empleo y la escasez de oportunidades laborales del mercado.
En cuanto al ‘capital semilla’, la media fue de 86.351 euros en 2008 frente a 79.000 euros en 2007. Un 50% de las iniciativas no bajó de 50.000 euros de inversión y el caso más frecuente se situó por primera vez en 60.000 euros, superando el dato de 30.000 euros de los últimos años.
En este sentido, disminuyó un 3,7% la proporción de emprendedores que asumían el 100% del ‘capital semilla’, lo que puede ralentizar el potencial de crecimiento de las nuevas iniciativas ante la escasez de alternativas de financiación.
En cuanto a los inversores informales (‘business angels’) que invirtieron en proyectos ajenos, el porcentaje cayó del 3,22% en 2007 al 2,8% en 2008, lo que supone un descenso importante del 13% en inversión, que se agudizará en los próximos meses.
Por último, el informe subraya como factores negativos el miedo al fracaso por parte de la población, como consecuencia directa del clima de incertidumbre económica, la disminución del reconocimiento de las propias capacidades y habilidades para emprender, y la del grado de competitividad.
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