El primer ministro islandés, Geir Haarde, anunció el lunes la dimisión inmediata de su gobierno, decisión forzada por la presión de una opinión pública que le exigía cuentas por la crisis económica, que ha hundido el crecimiento del pequeño país nórdico.
‘Estoy aquí para anunciar que yo mismo y la dirigente del Partido Socialdemócrata, Ingibjorg Solrun Gisladottir, hemos decidido no seguir con la coalición’ de gobierno, declaró el conservador Haarde durante una rueda de prensa. El partido de la Independencia, formación de centro-derecha del primer ministro, compartía el poder con los socialdemócratas desde mayo de 2007.
La dimisión en bloque del Gobierno se produce después de que Haarde anunciara el viernes la organización de elecciones anticipadas el próximo 9 de mayo, dos años antes de lo previsto. El Ejecutivo islandés se ha visto sometido a una creciente presión por parte de la opinión pública, que le exige cuentas por la debacle económica del país.
El anuncio de Haarde de anticipar los comicios no impidió que el sábado unas 5.000 personas se manifestaran para reclamar una dimisión inmediata del equipo ejecutivo. Islandia, una pequeña isla del norte de Europa de 320.000 habitantes, fue una de las primeras víctimas de la crisis financiera mundial, al haber sustentado su bonanza económica en el sector bancario.
En octubre, el Gobierno tomó el control de los tres primeros bancos del país para paliar su falta de liquidez y salvarles de la bancarrota, pero la decisión indignó a los islandeses, muchos de los cuales han perdido su empleo y ahorros.
El país, uno de los Estados miembros más prósperos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en la última década, sufrirá en 2009 una contracción de su Producto Interior Bruto (PIB) del 9,6%. El desempleo, hasta ahora casi inexistente, se disparará al 7,8% de la población activa, según las previsiones.
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