La fábrica argentina de piezas de automóviles Paraná Metal acordó el sábado reincorporar a 1.200 obreros que estaban suspendidos a raíz de la crisis financiera global, aunque la empresa mantendrá suspensiones rotativas.
La empresa firmó un acuerdo con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) ante la presencia del ministro argentino de Trabajo, Carlos Tomada, que medió en el conflicto desatado por la suspensión de los empleados.
El convenio, firmado en la sede del ministerio, establece la reincorporación de 1.200 trabajadores a cambio de una bajada del salario del 30 por ciento y de que las suspensiones sean por turnos.
"A partir de hoy se reabre una fábrica con la colaboración de trabajadores, gremios y empresas", destacó Tomada tras la firma del acuerdo, que el viernes fue aprobado por los empleados durante una asamblea.
En las últimas semanas, después de una oleada de protestas por suspensiones y despidos de trabajadores, sindicatos argentinos del sector alcanzaron acuerdos con multinacionales de automoción radicadas en el país para asegurar los puestos de trabajo.
La francesa Renault se comprometió a mantener hasta mediados de año la estabilidad laboral de los 1.250 empleados; la alemana Volkswagen prorrogó hasta comienzos de febrero la suspensión de 1.500 trabajadores y la estadounidense General Motors lleva a cabo suspensiones "escalonadas" de 1.600 trabajadores.
Argentina produjo en 2008 un récord de 597.086 automóviles, con un alza interanual del 9,6 por ciento, pero registró en diciembre una caída del 47,3 por ciento frente al mismo mes de 2007.
En diciembre pasado, el Gobierno argentino lanzó líneas de créditos blandos para la compra de automóviles nuevos de fabricación local con el fin de estimular el mantenimiento de la actividad y el empleo en el sector, entre otras medidas, para afrontar los coletazos de la crisis global en la economía nacional.
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