Los ministros europeos de Empleo apostaron el jueves por avanzar en la convalidación de titulaciones no universitarias entre países para favorecer la movilidad laboral en la Unión Europea (UE).
Reunidos en un encuentro informal en la ciudad checa de Luhacovice, que continuará hoy, los Veintisiete coincidieron en que profesiones como las de fontanero y cocinero sean reconocidas a escala comunitaria, para lo que habrá que crear un sistema que tenga en cuenta la experiencia y el aprendizaje no universitario.
El ministro checo de Empleo, Petr Necas, destacó en rueda de prensa, al término de la sesión de ayer, la necesidad de que las convalidaciones alcancen ‘incluso las cualificaciones que se logran en un contexto no profesional’.
Datos comunitarios revelan que en la actualidad un 25 por ciento de los europeos no cambian de puesto de trabajo en toda su vida profesional, lo que podría estar motivado por la ‘falta de preparación psicológica y profesional’, indicaron fuentes diplomáticas.
Para acabar con esta tendencia, los ministros propone sustituir ‘seguridad en el puesto de trabajo’ por ‘seguridad en el empleo’.
Entre las ideas que aparecieron en el encuentro, destaca la de conseguir que los sistemas nacionales de cualificación adopten una estructura europea y consideren nuevas necesidades para poder tener proyección en un mercado de trabajo único comunitario.
Según Necas, se trata de ‘identificar con antelación las necesidades del mercado y adaptarnos a la demanda’, algo que resumió en crear ‘nuevas aptitudes para nuevos empleos’.
Los Veintisiete hicieron hincapié, además, en que hay que evitar que perder el empleo se convierta en algo dramático y para lograrlo es fundamental insistir en procesos de formación continua, de manera que el trabajador esté listo para ser recolocado rápidamente.
Desde el punto de vista geográfico de la movilidad laboral, la realidad es que algunos países siguen imponiendo restricciones a la entrada de trabajadores de otras nacionalidades.
Para el ministro checo, estos estados tienen un ‘problema psicológico y político, más que objetivo’, ya que según datos de la propia CE permitir la libre circulación tiene un impacto positivo en la economía.
En este sentido, el comisario europeo de Empleo, Vladimir Spidla, aseguró que la CE ve la movilidad como ‘instrumento’ para afrontar la crisis económica.
Los países que entraron en la UE en 2004 -menos Chipre y Malta, que están exentos de restricciones desde el principio- estuvieron de acuerdo en solicitar a Bruselas que exija a los socios que quieran seguir imponiendo medidas transitorias de acceso que las justifiquen debidamente.
El Ejecutivo comunitario se comprometió a que de ahora en adelante, pasados ya los primeros cinco años desde la penúltima ampliación de la Unión, las restricciones tendrán que estar motivadas por un ‘verdadero riesgo de distorsión del mercado laboral nacional’ o deberán ser retiradas.
En la jornada de hoy viernes los ministros profundizarán en los aspectos geográficos de la movilidad y se replantearán la propuesta de ampliar la jornada laboral hasta las 65 horas semanales, después de que la medida fuese rechazada en el Parlamento Europeo el pasado mes de diciembre.
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