El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció ayer un plan para dar mayor transparencia a su administración que incluye la congelación de los salarios de los altos funcionarios de la Casa Blanca para dar ejemplo a los ciudadanos ante la crisis económica que vive el país.
Se trata de una de las primeras decisiones adoptadas por Obama, que ha reunido a todos los empleados de la Casa Blanca para comunicarles el nuevo reglamento y saludarlos personalmente en su primer día de trabajo tras la histórica toma de posesión celebrada ayer en el Congreso.
"Las familias estadounidenses se están apretando el cinturón y nosotros tenemos que hacer lo mismo", aseguró Obama para justificar su decisión, que afectará sólo a los empleados que ganen más de 100.000 dólares.
Además, el nuevo presidente explicó que los empleados gubernamentales no podrán ser contratados por ningún grupo de presión durante los primeros dos años y viceversa, y la Casa Blanca tampoco aceptará regalos de esos grupos, en un intento por restaurar la confianza de los ciudadanos.
"La transparencia y el cumplimiento de la ley serán una de las señas de identidad de mi nueva administración", añadió el presidente Obama, quien durante toda la campaña se había comprometido a renovar ciertas prácticas de Washington muy criticadas por la población
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