Un termo con té y una manta para pasar el intenso frío que estos días asola la capital madrileña son los únicos útiles con los que cuenta Damián Catalín, el gerente de la empresa Romtectabi, para sobrellevar la huelga de hambre que inició hace cuatro días frente a las oficinas de una constructora que le debe más de 700.000 euros por los trabajos realizados.
En declaraciones a Europa Press, Catalín confesó con voz temblorosa y sin apenas palabras lo "duro" que está siendo para él y su familia llevar a cabo su protesta. Pero "no tengo elección, necesito cobrar y nadie me escucha" porque "estoy casi arruinado y ahora no voy a pedir otro crédito para pagar las deudas; esto es una injusticia", aseguró.
A los 700.000 euros que les debe la constructora Obrum, por la subcontrata de los servicios de tabiquería de su empresa, hay que añadir los pagarés pendientes que todavía tienen "en el bolsillo por valor de 300.000 ó 400.000 euros, todos de Obrum y que los bancos no quieren ni ver". "Nosotros tenemos que seguir pagando pero no cobramos nada, estamos sin liquidez", denunció.
La principal preocupación de Catalín son las deudas que su compañía ha contraído con las empresas y trabajadores a su cargo, 50 en nómina y cerca de 150 empresas y autónomos, a los que no ha podido pagar en estos meses. "Dicen que les hemos arruinado la vida y destrozado la empresa, parece que somos nosotros los culpables de los impagos y de los problemas financieros de los grandes", lamentó.
"Si no pueden pagar que convoquen un concurso de acreedores, pero no pueden seguir funcionando y haciendo la bola más grande" ya que, según dijo, los directivos de Obrum les "han dado esperanzas que hasta el momento no se han concretado nada".
Su huelga de ayuno comenzó el pasado 7 de enero cuando fueron a hablar con el presidente de la constructora quien no les dedicó "ni cinco minutos de su precioso tiempo" para darles una explicación, e incluso llamó a la policía para que les echara, recordó. Por eso, decidió iniciar esta huelga de hambre junto a su compañero y director de la empresa, Julián, quien, sin embargo, ha tenido que abandonarla por cuestiones de salud.
Catalín agradeció las muestras de apoyo que le transmiten los vecinos de la calle Arturo Soria, y animó a otras empresas subcontratadas por Obrum que se encuentren en su misma situación a que se unan a su lucha. "Yo lucho por lo mío si quiere venir aquí alguien, bienvenido sea", dijo. De hecho, para mañana tienen convocada una protesta en la que esperan que participen los cerca de 200 trabajadores que se están viendo afectados por este caso.
APOYO DE SUS TRABAJADORES.
Trabajadores como Vasile, que de vez en cuando acompaña a su jefe y amigo Damián en su causa, aseguró que es uno de los pocos que saben cómo es la lucha de sus jefes para conseguir el dinero. "Nosotros no queremos ir al paro, queremos seguir trabajando, pagando nuestras hipotecas, porque de ello dependen nuestras familias", insistió.
"Estamos al límite" reconoció angustiado Vasile, quien en sus cuatro años como trabajadores de Romtectabi S.L "nunca había tenido problemas" para cobrar su salario. Sin embargo, ahora han llegado a un extremo "que no se puede aguantar". "Nos hemos enterado que este mes igual no cobramos, los pocos ahorros que tenemos los vamos a gastar en pagar las deudas y a ver qué pasa con nosotros", concluyó.
En Romtectabi están "desesperados", han mandado varios burofax al Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al Ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, al Ministro de Industria, Comercio y Turismo, Miguel Sebastián, así como a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, para que medien en este "culebrón" pero, sin embargo, tan sólo los dos últimos contestaron a sus cartas. Algo más de esperanzas tienen en la posible intervención de la Embajada de Rumania, quien ya se ha interesado por el asunto.
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