El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió ayer a apoyar a los más de tres millones de parados que existen en la actualidad en España y, además de garantizar que ninguna familia afectada por la crisis quedará "abandonada a su suerte", también enfatizó la "solidez" del sistema de pensiones.
En un mitin en Ourense para abrir la precampaña de las autonómicas gallegas, Zapatero aseguró que su "primera obligación" será la de dar "apoyo social y real" a los desempleados hasta que "no se vea nuevamente" la creación de empleo. Tras referirse al paro como la "peor y más grave consecuencia" de la crisis, garantizó la "fortaleza" del sistema de prestaciones por desempleo y lo erigió en prueba de su compromiso con el "interés general" y la "lucha por los puestos de trabajo".
A mayores, rechazó que se ajusten a la realidad los "amagos" de la oposición de decir que el sistema de pensiones está "en riesgo" y supuso que estos "cantos de sirena" responden a su expectativa de "querer hacer también negocio con las pensiones de la gente". Por el contrario, detalló que la Seguridad Social contará este año 2009 con un superávit de 1.200 millones de euros "aún con la crisis".
En la misma línea, resaltó que, "a pesar de la situación de dificultad", el Gobierno central ha incrementado las políticas de ayuda y lo atribuyó a que España es un "país fuerte". Entre otros ejemplos, puso el aumento de las becas, de las subvenciones en materia de vivienda o de fondos para la Ley de Dependencia este ejercicio con el fin de que las ayudas lleguen "cuanto antes" a los hogares que lo necesitan.
GOBIERNO QUE DA LA CARA
También hizo referencia a algunos de los planes del Gobierno central para paliar los efectos de la crisis, como el Fondo de Inversión Local, con el que los alcaldes están "mucho más sonrientes", o los 33.000 millones de euros para impulsar la inversión pública y contrarrestar la privada, en "niveles muy bajos".
Con esta batería de medidas, se mostró convencido de que España va a "combatir" la crisis y "salir" de ella. "Diga lo que diga la derecha", apostilló y, frente a quienes pidieron reducir el gasto público o congelar las pensiones y el salario mínimo, defendió sus propuestas porque "los más débiles no tienen por qué pagar las consecuencias de la crisis".
Así, consideró probado que el Gobierno central "da la cara" y garantiza el apoyo a la sociedad en la situación de crisis, de la que volvió a culpar a los "abusos" y la "avaricia desmedida" del pasado. Así, criticó el sistema neoliberalista de dejar que "las cosas funcionen por sí solas" puesto que "siempre hay quien no se autocontrola y busca el interés propio a costa de lo que sea". Por el contrario, rechazó que el actual Ejecutivo estatal acepte "ninguna presión" y mostró su "convicción, energía y capacidad" para remontar las dificultades económicas "cuanto antes".
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