Más de 10.000 trabajadores vascos han comenzado el 2009 con incertidumbre sobre su futuro laboral, pendientes de la resolución de distintos expedientes de regulación de empleo (ERE), o de reajustes de plantilla que afectan a empresas tan significativas como Mercedes, Michelín, Sidenor o Cegasa.
La vuelta de las vacaciones de Navidad se prevé intensa para los sindicatos y las empresas que sufren recortes de producción por la crisis, así como para el Departamento de Trabajo del Gobierno Vasco, que deberá decidir sobre varios expedientes de regulación de empleo.
Álava es el territorio más afectado, ya que tres de las empresas más emblemáticas de la provincia y con mayor número de operarios han planteado reajustes de plantilla por la reducción de la producción y de los beneficios provocados por la mala situación económica.
Cuando vuelvan al trabajo el día 20 de enero los 3.300 empleados de la planta de Vitoria de Mercedes Benz se enfrentan a un posible ERE temporal que plantea enviar a casa este año durante setenta días a 2.800 de sus trabajadores.
La empresa alega un descenso de más del 60 por ciento de los pedidos de los modelos Vito y Viano que produce la planta para plantear esta reducción de personal de la que quedarían exentos altos directivos y mayores de 53 años.
El descenso de la actividad de Mercedes afecta también a multitud de pequeñas firmas auxiliares que fabrican componentes para las furgonetas.
Entre éstas se encuentran SAS y Faurencia, en las que ya se han acordado con los sindicatos regulaciones temporales de empleo para adaptarse a la producción de la multinacional alemana.
En la empresa de fabricación de pilas domésticas, Cegasa, que vuelve mañana a trabajar tras las vacaciones, la situación no es mejor. Cegasa quiere prescindir de 240 de sus 360 trabajadores de su planta vitoriana, a través de un ERE que no cuenta con el respaldo del comité y sobre el que el Departamento de Trabajo deberá emitir un criterio.
Mañana está prevista una reunión entre comité y dirección para intentar negociar el ERE.
Sidenor es otra de las grandes firmas, con más 3.114 trabajadores, afectadas por la crisis. En este caso, los sindicatos y la dirección se han dado de plazo hasta el 19 de enero para tratar de acordar un ERE, que podría afectar a 2.200 empleados.
Esta empresa cuenta con varias fábricas y centros de trabajo en el País Vasco (Basauri, Vitoria, Azkoitia y Legazpi) y en Cantabria. Su filial, Forjanor, tiene plantas en Madrid y en Elgueta (Guipúzcoa).
Algo mejor está la planta de Michelín de Vitoria, con 3.150 operarios, que retomó su actividad normal el 2 de enero, después de estar dos semanas al 50 por ciento como consecuencia de la crisis del sector.
Este grupo ha salvado por el momento la puesta en marcha de un ERE, gracias a un acuerdo con los sindicatos de medidas excepcionales con el fin de evitar los recortes de empleo.
En Guipúzcoa, destacan los casos de las irunesas Transportes Catalán, constructora Eguzkialde, y grupo Egoki.
Transportes Catalán, con 130 empleados, dedicada al transporte por carretera, se ha acogido a la Ley Concursal y ha presentado Concurso de Acreedores ante las dificultades económicas que atraviesa.
Con esta medida, busca que administradores externos evalúen su situación y que se congele su deuda, hasta alcanzar acuerdos para hacerle frente a los pagos pendientes.
Por su parte, Eguzkialde ha presentado ya una propuesta de expediente de extinción de empleo para sus cuarenta operarios tras quedarse sin los trabajos que estaba desarrollando en Francia.
El grupo Egoki, dedicado a la elaboración de tiradores de puertas, también pretende prescindir de 120 trabajadores, el 80 por ciento de su plantilla.
También en Guipúzcoa, los trabajadores del grupo Ureche se enfrentan al cierre de las plantas de Oiartzun y Rentería, que podría enviar a sus casas a cerca de setenta personas.
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