Barack Obama no está dispuesto a tirar la toalla en su batalla personal para poder seguir utilizando su teléfono móvil cuando el próximo 20 de enero se convierta en el nuevo presidente de Estados Unidos, y todo ello a pesar de las advertencias de los servicios secretos sobre la vulnerabilidad de ese tipo de comunicaciones y de que una ley le obligará a poner toda su correspondencia en un registro oficial.
"Me lo van a tener que quitar de las manos", afirmó el presidente electo en una entrevista a la cadena de televisión CBS cuando le preguntaron por su BlackBerry personal. "Todavía estoy metido en este pelea y parece que va a ser la cosa más difícil de ser presidente", añadió Obama, que insiste en que usando su móvil es la única forma que tiene de seguir teniendo "los pies en la tierra".
Cualquiera que siga a diario los pasos de Obama sabe que el presidente electo está constantemente ‘colgado’ a su teléfono, a pesar de que tanto los servicios secretos como sus abogados le han pedido en repetidas ocasiones que deje de utilizarlo antes de llegar a la Casa Blanca porque podría ser ‘hackeada’ con mucha facilidad, según la CNN.
Pero además, la Ley de Registros Presidenciales obliga tanto al presidente como al vicepresidente de Estados Unidos a incluir toda su correspondencia en un registro oficial donde pueda ser sometido a revisión pública. Tampoco les permite tener una dirección de correo electrónico y limita el uso que pueden hacer de algunas herramientas tecnológicas.
Obama no quiere que le ocurra lo mismo que los últimos inquilinos de la Casa Blanca. Hace ocho años los servicios secretos pidieron a George W. Bush que dejara de utilizar su correo electrónico personal y Bill Clinton sólo mandó dos emails durante su mandato, aunque en su caso no fue tan dramático porque entonces su uso no estaba tan extendido.
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