El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, afirmó ayer que el paro seguirá subiendo en los próximos meses, aunque con menor intensidad, por lo que descartó la posibilidad de que las listas del paro superen la barrera de los cuatros millones de desempleados.
"Creo sinceramente que no, de ninguna manera, nos vamos a quedar por debajo de esa cifra", señaló Corbacho en una entrevista concedida a Radio Nacional y recogida por Europa Press, donde afirmó que le gustaría decir que el incremento del desempleo ha "tocado techo" en diciembre, pero admitió que quedan por delante algunos meses de ajuste en términos de empleo.
Corbacho reconoció que el dato de diciembre (139.694 personas más) es "negativo" y reiteró que el desempleo es la principal preocupación tanto de los ciudadanos como del Ejecutivo de cara al presente ejercicio, aunque destacó que la cifra de diciembre es mejor que la registrada en los dos meses anteriores.
Admitió que no se registraban tres millones de desempleados desde los años ochenta, pero concretó que en aquella época la población activa sumaba 11 millones de personas, mientras que actualmente supera los 23 millones.
"No pierde importancia el dato, que la tiene y mucha, pero ha cambiado la realidad española y hoy es mucho más robusta para afrontar una crisis como la actual", señaló Corbacho, quien también reconoció que el ajuste de la construcción aún no ha llegado a tocar suelo en materia de empleo.
A pesar de todo, el titular de la cartera de Trabajo destacó la importancia de las medidas que ha puesto en marcha el Ejecutivo para frenar la destrucción de empleo, y recordó que las obras dependientes del Fondo de 8.000 millones para la inversión local arrancarán a finales de febrero y que tendrán efectos "muy positivos" en pymes y empleo a partir del mes de marzo.
"Creo que vamos a salir de ésta, con sacrificios, pero mirando hacia el futuro", señaló Corbacho tras recordar su experiencia como alcalde de una ciudad con un tasa de paro que alcanzó el 20%, y tras insistir en la necesidad de esperar tiempo para poder valorar los efectos de las medidas orientadas a frenar la destrucción de empleo.
En este sentido, consideró que lo más importante en estos momentos no es desarrollar nuevas iniciativas, sino esperar a la puesta en marcha de muchas de ellas para ver si son "eficaces, suficientes" y si han conseguido los objetivos para los que fueron creadas. "Nunca en la historia se han puesto en marcha tantos recursos", subrayó.
DÉFICIT IMPORTANTE EN 2008
Preguntado por las prestaciones por desempleo, Corbacho garantizó una vez más el acceso a este subsidio y aseguró que ninguna persona con derecho a esta prestación va a dejar de cobrar el paro por el hecho de que el país haya entrado en déficit. "Entraremos en déficit en 2008 y será importante, pero el Gobierno no hará, de ninguna manera, recortes sociales", indicó.
Así, aseguró que la política del Gobierno en el futuro se centrará en incrementar la inversión productiva para generar actividad económica y en mantener todas las políticas de protección social, ya que, a su parecer, el déficit "no debe asustar a los gobiernos" cuando es para proteger la protección social.
Preguntado por el diferencial de desempleo que existe entre España y Europa, Corbacho recordó que España tiene un problema estructural que no tienen otros países y que ha sido basar el modelo de crecimiento en un sector que se ha "sobredimensionado" como el de la construcción. "El modelo no fue el acertado", admitió.
LOS BANCOS TIENEN QUE HACER UN ESFUERZO
En cuanto a la evolución del sistema financiero, Corbacho reconoció que el dinero aún no está llegando a empresas y familias y consideró que son las entidades financieras las que tienen que hacer un esfuerzo para que el dinero fluya.
En esta línea, recordó que el Gobierno salió a defender al sistema financiero ante la crisis porque si el sistema se hunde, se lleva por delante al conjunto de la economía, aunque rechazó de plano la idea de que el Ejecutivo haya dado dinero para rescatar a los bancos ante las dificultades económicas.
Así, señaló que en un primer momento el Gobierno se centró en garantizar los ahorros de los ciudadanos con el objetivo de generar tranquilidad, mientras que después ofreció avales públicos para facilitar el tránsito del dinero entre las entidades y finalmente decidió comprar activos para inyectar cierta liquidez a los bancos.
"Eran medidas imprescindibles y necesarias para intentar salvar el sistema financiero, pero no un rescate", subrayó el ministro, quien reconoció que, a pesar de las iniciativas del Ejecutivo, el dinero no está fluyendo aunque las entidades niegan haber cortado el flujo del crédito.
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