Nissan y sindicatos formalizaron ayer por la tarde la puesta en marcha de la mesa negociadora a la que ambas partes se comprometieron en diciembre para consensuar la hora de ruta que marcará el futuro para las plantas catalanas, y después de que la multinacional presentara un ERE de 1.680 personas y accediera a transformarlo finalmente en uno de temporal de hasta 3.500 trabajadores hasta el 31 de marzo.
Con este telón de fondo, sindicatos y dirección se sentaron ayer para fijar el calendario de reuniones –en enero se verán las caras el 15, 19 y 26– y acordaron las grandes líneas sobre las que versará la negociación.
La mesa está formada por tres miembros de cada sindicato representativo en la compañía y en nombre de Nissan acudieron Jordi Dagà –ex alto cargo de la SEPI y experto en reconversiones–, Alfonso Díez, jefe de recursos humanos, y Sergio Alcaraz, subdirector general de Nissan en España.
Tras el encuentro, los sindicatos coincidieron en señalar que el proceso de negociación será "largo", con una primera etapa muy "dura, si bien en la primera toma de contacto de ayer Nissan evitó hablar de forma explícita de despidos.
Según Pedro Ayllón, de USOC, los sindicatos han reclamado modelos de transición para aguantar hasta que lleguen nuevos productos, pero también reclamaron conocer los planes de inversión previstos para Barcelona, así como la estrategia de Nissan para estas factorías.
Asimismo, los trabajadores pidieron claridad a Nissan y que dibuje una radiografía de la situación comercial de la compañía, tanto en España, como en el resto de países, para saber si la caída de producción o ventas justifica realmente los recortes de plantilla.
Para Javier Pacheco, portavoz de CC.OO. en Nissan, la mesa negociadora servirá para "clarificar" las expectativas de futuro basadas en un aumento de la competitividad de Barcelona para optar a nuevos modelos. También auguró unas conversaciones complicadas, pero espera que sirvan para despejar el futuro productivo del fabricante nipón en Barcelona.
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