El multimillonario alemán Adolf Merckle se suicidó el lunes arrojándose a las vías del tren, asediado por los problemas financieros y las dificultades para mantener a flote su imperio, según confirmó su familia.
‘La desesperada situación de sus compañías provocada por la crisis financiera, la incertidumbre en las últimas semanas y su incapacidad para salvar los obstáculos han roto la apasionada familia del empresario, que se ha quitado la vida’, dice el comunicado de la familia.
Merckle ocupaba el puesto 94 del ranking de los más ricos del mundo en el ejercicio 2008, de acuerdo con la revista ‘Forbes’, y su familia controla una importante número de empresas, entre las que figura la cementera HeidelbergCement y la farmacéutica Ratiopharm.
No obstante, su imperio se vio significativamente mermado con las inversiones bursátiles realizadas por el magnate en el último trimestre del pasado año, que se saldaron con la pérdida de cientos de millones de euros tras apostar que las acciones de Volkswagen bajarían.
Sólo la pérdida estimada por estas apuestas ‘a corto’ en bolsa contra la empresa automovilística podría elevarse a unos 400 millones de euros, según coinciden diversos cálculos financieros.
En las últimas semanas Merckle había centrado sus esfuerzos en la renegociación de la deuda del grupo -de HeidelbergCement y otros conglomerados- que emplea a unos 10.000 trabajadores en todo el mundo y factura aproximadamente 30.000 millones de euros anuales.
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