Sólo un 26 por ciento de los trabajadores asturianos que han sufrido un infarto o angina de pecho vuelven al trabajo. Ésta es una de las conclusiones obtenidas en la convención sobre prevención de problemas de salud en el ámbito laboral que se celebró hoy en Oviedo organizada por Ibermutuamur.
La enfermedad cardiovascular, el estrés laboral y los cambios en el estilo de vida de las personas que han sufrido un infarto, han acaparado la atención de los especialistas en medicina que se han dado cita en Asturias.
En el transcurso de la convención, expertos e investigadores de distintos ámbitos de la medicina han señalado las dificultades con las que se encuentran quienes han sufrido un infarto a la hora de cambiar su estilo de vida. "Los pacientes aceptan bien el tratamiento farmacológico, pero prefieren calidad de vida, antes que cantidad", expuso Ángel García, especialista en cardiología.
El especialista advirtió de factores de riesgo como la obesidad, el sedentarismo y la diabetes y aseguró que "el número de pacientes con diabetes se habrá duplicado en el año 2030, alcanzando los 366 millones de afectados en todo el mundo".
Aún teniendo en cuenta estas cifras, en los últimos años, se ha producido un descenso de la mortalidad por enfermedad cardiovascular que, según García "se debe, en su mayor parte, al tratamiento y control de los factores de riesgo cardiovascular".
En este sentido, la telemedicina se presenta como una alternativa que "facilita el acceso de los pacientes a los programas tanto de prevención como de rehabilitación cardíaca" y además "permite que se lleve a cabo un seguimiento de los pacientes de alto riesgo". Según señaló García, en una nota de prensa, estos programas "se basan en el mejor conocimiento científico, pero a la vez son muy prácticos por lo que establecen de forma concreta qué hay que hacer y cómo hacerlo".
Durante la convención, también se ha hablado del estrés laboral, considerado un factor de riesgo en el trabajo, de carácter psicosocial, ya que puede afectar por diversas vías a la salud de los trabajadores, por lo que, para Antonio Cano, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, "se deben desarrollar esfuerzos por modificar estos factores psicológicos que afectan a la salud física y a la esperanza de vida".
En España, el estrés conlleva unos costes anuales aproximados, en relación con el trabajo, de 1.900 millones de euros. Según la Encuesta de Calidad de Vida en el Trabajo (ECVT) del año 2004, el 28,6% de los trabajadores ocupados percibe su trabajo como muy estresante "siempre" o "frecuentemente", con grandes diferencias según el sector y el nivel de estudios.
El estrés es, además, otro de los factores que se asocian con un riesgo mayor de padecer un infarto agudo de miocardio, ya que, entre otras dolencias, puede generar hipertensión, arritmia y enfermedad coronaria.
Expertos en cardiología coinciden al señalar que las enfermedades cardiovasculares son prevenibles de forma integral: en primer lugar, desde antes de que ocurran, siguiendo hábitos de vida saludables, -se estima que en torno a un 75 por ciento de las causas de estas enfermedades están relacionadas con factores como el tabaquismo, el sedentarismo, la hipertensión, la diabetes o la obesidad -; en segundo lugar, mediante la detección precoz; y, finalmente, son prevenibles también sus impactos negativos una vez que se ha manifestado la enfermedad.
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