Más de 20 modelos, hombres y mujeres, algunos de ellos desnudos y otros vestidos con chales, sábanas y chaquetas de piel de colores, participaron en la protesta apoyada por dos de los mayores sindicatos franceses.
Modelos artísticos posaron desnudos en París el lunes, enfrentándose a las temperaturas polares para protestar contra la prohibición de la propina y para pedir salarios mejores en reconocimiento a su trabajo.
Esta iniciativa surgió tras la reciente decisión de las autoridades parisinas de prohibir las propinas a los artistas, denominados ‘cucurucho’, por los conos de papel en los que tradicionalmente los pintores dejaban caer algún dinero para pagar a sus modelos.
‘Se nos paga muy mal y siempre ha sido así’, dijo la modelo Carole Kras, que junto a otros se manifestó en el patio de un palacio del siglo XVI, en cuyo edificio se alojan las oficinas de asuntos culturales.
‘Siempre hemos contado con el ‘cucurucho’ en nuestra paga y ahora se lo quieren cargar’, explicó mientras sus compañeros, temblando, se vestían tras la exhibición nudista.
La manifestación fue pequeña comparada con las últimas que ha habido de profesores, trabajadores de la red ferroviaria o funcionarios, pero en una ciudad con tanta tradición artística ha dado que hablar.
Los modelos, que trabajan en la ciudad de París posando para los estudiantes y artistas profesionales, dijeron que la eliminación del ‘cucurucho’ era la gota que colmaba el vaso.
‘No me importa demasiado el cucurucho. Lo que quiero es que me paguen mejor’, dijo Kras, que lleva 15 años trabajando como modelo.
Explicó que la paga de aproximadamente 10 euros la hora en sesiones de posado, que a menudo se alargaban hasta tres horas, era inadecuada. Añadió que oficialmente se consideraba a los modelos como ‘personal diverso’ y que querían que se les reconociese profesionalmente.
‘Es una profesión, y cansa. Como es físico, necesitas resistencia y es muy expresivo también’, dijo.
‘Somos actores que tenemos papeles sin diálogo, así lo he considerado siempre’, explicó.
Christophe Girard, responsable de asuntos culturales del Ayuntamiento de París, dijo que las autoridades no tenían otra opción que prohibir esta propina, ya que se había declarado ilegal.
Pero también dijo que esperaba que se encontrase una solución.
‘Podemos intentar hacer una revisión de los salarios y podemos ver si el ministerio estaría preparado para considerar esto una profesión’, explicó.
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