Desde el lunes y hasta el 11 de enero un total de 48.000 trabajadores del grupo automovilístico Fiat en Italia pasarán a "cassa integrazione", suspensión temporal de empleo, con el objetivo de adecuar la producción a la demanda del mercado, confirmaron fuentes de la casa turinesa.
La medida afectará a todas las factorías Fiat (Mirafiori, Cassino, Melfi, Términi Imerese, Pomigliano, Sevel y Pratola Serra) y ha sido adoptada aprovechando el tradicional "parón" de fin de año.
Todos los años, Fiat cierra sus puertas dos semanas y media entre Navidad, fin de Año y la Epifanía.
Este año, precisaron las fuentes, se han añadido más días, hasta alcanzar las cuatro semana de suspensión temporal de empleo, "aunque están garantizado los puestos de trabajo", subrayaron.
Esta medida, añadieron las fuentes, está en línea con las adoptadas por las casas automovilísticas europeas y se han conocido a la vez que el consejero delegado de Fiat, Sergio Marchione, afirmara en una entrevista que publica "La Repubblica", de Roma, que la crisis que afecta al sector "no asusta" al grupo turinés, "ya que el cambio forma parte de nuestra forma de ser".
Marchione aseguró que una crisis como la actual "no se visto nunca" y precisó que los métodos tradicionales y los más innovadores "ya no son eficaces", que "habrá que seguir esperando que el mercado toque fondo" y que la realidad "impone cambiar".
El consejero delegado de Fiat afirmó que el grupo está "preparado" para afrontar los nuevos desafíos, que tienen "las ideas muy claras sobre cuales son las llaves del cambio" y se mostró convencido de que sin la crisis de este 2008 el grupo fundado por la familia Agnelli habría logrado el mejor resultado de sus 109 años de historia.
Marchione dijo también que 2009 será un año "muy difícil", pero que esperarán a que la crisis "toque fondo" y que está convencido de que Fiat saldrá "con la cabeza alta".
Sobre las intervenciones de los estados en el sector, Marchione dijo que las ayudas públicas en favor de algunas constructores llevan a la desigualdad, "ya que coloca a unos por encima de otros, con más ventajas, en la competición internacional".
"No podemos aceptar que la competencia se falsee de esta manera. Es esencial que las reglas sean las mismas para todos", afirmó.
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