La portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo ayer que España está sufriendo una crisis económica para la que "no estaba preparada", algo de lo que ha responsabilizado al presidente Rodríguez Zapatero "por egoísmo, por ganar unas elecciones y por querer taparlo todo".
Sáenz de Santamaría hizo estas declaraciones durante su intervención en la clausura del XI Congreso Provincial del PP de Badajoz.
La diputada popular recalcó que España hace nueve meses no tenía crisis, pero "por egoísmo, por ganar unas elecciones y por querer taparlo todo, hoy hay una crisis para la que España no estaba preparada".
Y añadió que, junto a la crisis económica, hay otra "más grave" de carácter social, por la que cada día se destruyen 100.000 empleos, cierran 40 empresas y 400 autónomos se dan de baja, sin que haya un gobierno "que sea capaz de atajarlo".
Criticó que, frente a la crisis, el Gobierno haya desarrollado planes para los bancos, las constructoras, los ayuntamientos y los derechos humanos, en vez de poner en marcha medidas para los trabajadores, pequeñas y medianas empresas, agricultores o las familias con hipoteca.
En este sentido, pidió a la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, que si quiere desarrollar un plan de derechos humanos se acuerde del derecho al trabajo que, contenido en la Constitución Española, le falta a tres millones de españoles y a un millón desde que Rodríguez Zapatero ganó las pasadas elecciones.
Consideró, además, que el país está sufriendo una crisis institucional, ya que al presidente del Gobierno "no le sirve ninguno de los ministros que tiene", pues la mitad "son invisibles y no los conoce nadie en España" y el resto "no hacen más que meter la pata", como Pedro Solbes, Celestino Corbacho y Miguel Sebastián.
Sáenz de Santamaría subrayó, por otra parte, que el peso de España en el mundo se gana defendiendo los derechos de los españoles "dentro y fuera", teniendo una línea "muy nítida", sabiendo relacionarse "un poco mejor con el resto de los líderes europeos" y demostrando que España tiene un presidente de Gobierno con las ideas "muy claras", lo que, en su opinión, no le ocurre a Zapatero.
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