Leadmans, consultora especializada en gestión del liderazgo y headhunting a nivel directivo, destaca que la actual tendencia que se está experimentando en España en relación con la movilidad laboral dentro de los cuadros directivos se basa en encontrar un equilibrio entre la estabilidad y la acumulación de nuevos conocimientos que pueden aportar los cambios de trabajo.
En ese sentido, los cambios de trabajo en relación con los directivos se interpretan con gran naturalidad en el mercado español cuando se producen con una periodicidad de entre tres y cinco años, mientras que cuando son demasiado frecuentes se debe indagar en las motivaciones que los han producido. Como señala Roberto Haig, consultor de Leadmans “En el proceso de selección de un directivo que haya cambiado en los últimos diez años cinco veces de trabajo, o lo que es lo mismo, que cada dos años haya estado en una compañía diferente, hay que intentar entender la razón de estos cambios, ya que es un enfoque que en España no tiene tanta acogida como en otros países, aunque esa movilidad suponga la adquisición de nuevos conocimientos y una alta capacidad de adaptación al cambio”.
De esta forma, en el proceso de captación de un nuevo directivo no deben dejar de analizarse las razones de los cambios de trabajo cuando son excesivamente frecuentes, ya que son uno de los factores para evaluar la personalidad del directivo y sus patrones de comportamiento, que le acompañarán a lo largo de su trayectoria vital. En opinión de Leadmans, y si bien no se trata de un método científico al cien por cien, la identificación de estos patrones permite predecir en cierta medida cuál será el comportamiento del individuo dentro de una nueva organización.
En cualquier caso, tampoco hay que olvidar que una excesiva estabilidad laboral puede conducir a un acomodamiento y falta de motivación en las tareas de los directivos, por lo que lo más recomendable sería encontrar ese equilibrio o conseguir evolucionar dentro de la propia organización sin llegar a estancarse.
Claves para la motivación dentro de la empresa
Leadmans advierte que existen soluciones efectivas para paliar la desmotivación o acomodamiento a un puesto dentro de los niveles directivos, sin la necesidad de cambiar de compañía. Así, un proyecto como marco para el desarrollo de un directivo en una determinada organización no debería traspasar la barrera de los 1.000 días o, lo que es lo mismo, de los tres años (siempre hablando en términos aproximados). Se trata, generalmente, de un período suficiente para que un directivo llegue a dominar las funciones asociadas a un puesto y responsabilidad, pueda aportar su visión al negocio y esté preparado para nuevos desafíos.
Como solución debe plantearse un cambio dentro de la propia empresa, que debería suponer un nuevo desafío y, por tanto, una mayor motivación. Esta filosofía, que algunas de las mayores multinacionales desarrollan a la perfección, puede propiciar que un directivo llegue a estar más de diez años dentro de la misma organización, pero que en la práctica haya experimentado varios cambios a lo largo de ese periodo. Roberto Haig señala que las claves a tener en cuenta cuando se quiere lograr la estabilidad de los mandos directivos de una empresa son: “el cambio de proyecto, el desarrollo constante y la rotación dentro de la propia organización, factores que han de conducir a un crecimiento profesional experimentado por el propio directivo, pero también reconocido en la compañía”. En ese sentido, afirma este experto, la rotación no debe ser sólo lateral, sino que tiene que tener una tendencia de crecimiento, sin olvidar tampoco el equilibrio entre vida personal y profesional.
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