El ex ministro de Economía y Hacienda Carlos Solchaga se mostró ayer a favor de reformar el mercado de trabajo español como una de las medidas estructurales necesarias para salir de la actual crisis económica, y calificó de ‘fracaso’ la deducción de 400 euros en el IRPF al no haber ayudado a impulsar el consumo.
Solchaga se pronunció así durante la clausura del foro empresarial ‘¿Cómo afrontar la crisis económica?’, organizado en Santander por Ceoe-Cepyme Cantabria, acto en el que también afirmó que España tiene ‘éxito a nivel mundial’ y por lo tanto no debe afrontar la situación de crisis ‘con más miedo que otros’, sino que ‘simplemente, tiene que afrontarla’.
Durante su intervención, Solchaga señaló que en tiempos de crisis, el desempleo se incrementa en España ‘a ritmo pavoroso’, una ‘situación peligrosa’ que no sucede en otros países del entorno y que atribuyó a un mercado de trabajo segmentado en dos, una decisión que se adoptó cuando él estaba en el Gobierno. Así, apuntó que mientras hay trabajadores con contrato indefinido e indemnizaciones ‘de las mayores de Europa’ por despido, otros tienen contratos temporales ‘y cuando pasan los seis meses, no se les renueva’.
Por ello, abogó por ‘algo más razonable’, que sería ‘pagar menos’ a los primeros y más a los segundos con el fin de conseguir un único mercado laboral ‘con el mismo tratamiento’ para todos.
Otra reforma de carácter estructural que defendió fue la descentralización de la negociación colectiva, ya que en su opinion es ‘un disparate’ que negociar desde la generalidad porque ‘cada empresa tiene su vida y sus problemas y la regla general no sirve’.
Igualmente abogó por otras medidas, como acabar con los privilegios del pequeño comercio y con las medidas de los colegios profesionales que ‘restringen la competencia’ e introducir la competencia en el ferrocarril, entre otras.
Se trata, dijo, de actuaciones ‘inapelables y urgentes’ de acometer. ‘Si no se hacen reformas como éstas, es difícil que estemos en la mejor disposición a la salida de la crisis’, aseguró.
El ex ministro también se refirió a las políticas de carácter fiscal y señaló la necesidad de mejorar el impulso fiscal desde las cuentas del Estado.
‘FRACASO’ DE LOS 400 EUROS
Además, opinó que ‘no es el momento de reducir los impuestos’, mientras que se mostró partidario de una política fiscal basada en programas de base. En este sentido, calificó de ‘fracaso’ la medida del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de devolver 400 euros de la renta. ‘La medida no ha funcionado porque su impacto sobre el nivel de consumo a penas es perceptible’, dijo.
Así, Solchaga defendió una política de gasto ‘importante’ en infraestructuras -donde valoró positivamente el Fondo Estatal de Inversión Local del Gobierno central como un ‘procedimiento de urgencia contra la crisis’ aunque ‘sacrifique la optimización del gasto’-, pero también inversiones en educación y tecnología que permitan hacer un país ‘más competitivo’.
Asimismo, aludió a las políticas monetarias, que tienen ‘efectividad pequeña’. En este capítulo, abogó por crear un sistema ‘con sanciones y estímulos’ para que la banca ‘coja dinero y lo vuelva a poner en el mercado a favor de empresas y consumidores’.
Al respecto, aseguró que no se trata de un problema de liquidez sino ‘de confianza’, donde consideró que previsiblemente tendrá más efecto el fondo de avales del Gobierno que las anunciadas inversiones millonarias porque se trata ‘de un sistema gradual y óptimo para el aprovisionamiento de liquidez. Por ahí tiene que seguir trabajando el Gobierno’, afirmó.
‘Vamos a entrar en un déficit muy importante y con estos y otros programas algo se puede hacer’, aseguró, al tiempo que defendió que ‘es el momento de ampliar el nivel de endeudamiento del sector público’.
CRISIS FINANCIERA
Solchaga afirmó que ‘todo el mundo avanzado’ está entrando en recesión y en esta crisis global ‘no hay soluciones individuales’. En el caso de España, señaló que si las autoridades no hacen un esfuerzo, ‘el problema de liquidez y solvencia será más grave que en otros países’ debido a una tendencia de concentración del crédito mayor que en otros países y al elevado endeudamiento de la banca española.
Al respectó, reiteró que la naturaleza de la crisis es financiera, y apuntó que sólo mediante el desendeudamiento progresivo del conjunto de la economía -incluidos consumidores y empresas- se podrá volver a la situación anterior. ‘Hay que hacer un conjunto de políticas contra la recesión pero no saldremos de la situación si no resolvemos la crisis financiera, es decir, si no se restaura la confianza en los mercados y en los bancos de forma que vuelvan a financiar normalmente a las empresas’.
‘Nuestra banca está la que mejor pero tampoco para tirar cohetes’, comentó el ex ministro, quien en este sentido señaló que el Gobierno debe intentar que exista ‘un ritmo gradual al que se pueda ajustar el desempalacamiento de la banca sin cortar totalmente el crédito de las empresas’, y este problema de solvencia debe resolverse ‘antes de que se vislumbre la salida a la recuperación económica’.
ESCENARIOS
Solchaga considera que España se enfrenta a tres posibles escenarios, uno de los cuales rechazó por ‘imposible’, como es un periodo de recesión similar al de los años 30.
El segundo sería ‘a la japonesa’, es decir, que la economía crezca un 0 o un 1 ‘o un poco por encima o un poco por debajo’. Esta salida no se puede excluir si no se realiza ‘y pronto’ un esfuerzo por recuperar la economía. Aunque la probabilidad de este escenario es pequeña porque ‘la sociedad española no es igual que la japonesa’, es posible, si bien la ‘falta de fe’ en las autoridades europeas en relación a la economía puede verse compensada con ‘una fe mayor’ en la nueva Administración norteamericana de Obama.
Sin embargo, para Solchaga el escenario ‘más probable’ es que haya ‘seis u ocho meses de recesión, lo que queda de año y 2009’ y ‘al final esté la luz’. Las caídas del PIB serán del dos o tres por ciento, pero el Estado del Bienestar está consolidado y podrá soportar la situación ‘sin necesidad de dramatizar’. No obstante, advirtió de la necesidad de ‘estar vigilantes’.
‘Esta es una economía imperfecta que ha alcanzado tasas de desarrollo notables, mayor empleo y renta; es el tipo de sociedad que queremos. No está en cuestión un sistema como el español, con mucho mercado e instituciones que velan por la cohesión social. Queremos este sistema y tenemos que hacer un esfuerzo como en la crisis de los 70 o con el franquismo’, concluyó.
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