El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, aseguró ayer que el ajuste que se está produciendo en el empleo "no es algo estructural", tal y como ocurrió entre 1991 y 1993, al tiempo que consideró que la solución a los actuales problemas no radica en el desarrollo de una nueva reforma laboral.
Así lo puso de manifiesto durante su intervención en el ‘Club Siglo XXI‘, donde explicó que la crisis financiera global ha terminado por afectar "con especial intensidad" al empleo y al paro en España, motivo que ha provocado que la prioridad número uno del Gobierno en estos momentos sea impulsar la creación de empleo y reducir el paro.
No obstante, consideró que la situación del desempleo no es estructural porque no está afectando a todos los sectores por igual, ya que mientras que unos sufren una intensa pérdida de empleo, como la construcción, otros siguen elevando la tasa de ocupación, como los servicios sociales o la educación, entre otras.
Corbacho aseguró que la solución a la crisis no es una nueva reforma laboral, porque las causas de la misma no se sitúan en este ámbito, aunque consideró "necesario" abordar ciertas medidas en el terreno del trabajo, algo en lo que, según indicó, ya está trabajando el Ejecutivo con programas de empleo y formación y con medidas extraordinarias para afrontar la crisis a corto plazo.
Destacó la necesidad de que las actuaciones en materia de empleo sigan teniendo como horizonte mejorar la estabilidad en el trabajo, luchar contra la siniestralidad laboral, apoyar el empleo femenino, erradicar las discriminaciones, avanzar en la conciliación, impulsar el empleo entre los jóvenes, promover el trabajo autónomo, entre otras.
Además, el titular del Departamento de Trabajo e Inmigración apostó por un enfoque cada vez más concreto y descentralizado de las políticas de empleo y destacó la necesidad de seguir apostando por políticas encaminadas a lograr un modelo productivo basado en la innovación y el desarrollo tecnológico desde el consenso con empresarios y sindicatos.
En este sentido, resaltó la importancia de impulsar el diálogo social por ser un instrumento "básico" para resolver los problemas, así como una parte integrante del modelo de bienestar. Además, recordó los objetivos que contempla la ‘hoja de ruta’ que firmaron el Gobierno y los agentes sociales para modernizar los Servicios Públcios de Empleo Estatal (SPEE), impulsar la FP y redefinir las políticas activas de empleo.
Corbacho pidió tiempo para ver los "frutos" del diálogo social, aunque recordó que el pasado jueves la Conferencia Sectorial de Empleo acordó la creación del Consejo General del Sistema Nacional de Empleo, un órgano de participación que reunirá a CC.AA., FEMP, agentes sociales y Gobierno, y que servirá para mejorar los SPEE y revisar las normas que puedan dificultar la creación de empleo.
RECHAZA LAS "CRÍTICAS PERVERSAS"
Corbacho, que también apostó por alcanzar un acuerdo para renovar el Pacto de Toledo, pidió tiempo a los responsables políticos para evaluar la eficacia de las medidas. "Las críticas resultan perversas si se hacen sin tener en cuenta la posible eficacia (de las medidas), sólo aprovechando el ineludible retardo en su efectividad para desgastar la acción del Gobierno. Esa es una conducta irresponsable", subrayó.
El ministro repasó todas y cada una de las iniciativas puestas en marcha por el Ejecutivo y se refirió a la necesidad de desarrollar un esfuerzo coordinado a nivel europeo e incluso mundial para superar este periodo de forma conjunta, ya que, a su parecer, la crisis ha superado la capacidad de actuación individual de los Estados. "Sin un esfuerzo coordinado será difícil superar en un plazo corto de tiempo los problemas económicos actuales", indicó.
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