El Juzgado Central Penal de la Audiencia Nacional condenó hoy a un año de cárcel a un auxiliar de vuelo por allanar junto a otra azafata holandesa la habitación de hotel de una compañera de nacionalidad checa durante un vuelo de trabajo a Liverpool e invitarla a mantener relaciones sexuales. El juez José María Vázquez Honrubia le impuso esta condena después del acuerdo de conformidad alcanzado entre la abogada de la acusación particular, que pedía siete años de condena por un delito de abusos sexuales, y el abogado del acusado, que solicitaba la absolución.
Según informaron fuentes jurídicas, el azafato David G.M. aceptó reconocerse culpable por lo que fue condenado a un delito de allanamiento de morada y otro delito contra la integridad moral de la víctima, ambos penados con seis meses de prisión, asi como una indemnización de 5.000 euros. El fiscal de la Audiencia Nacional Luis Barroso, que pedía un total de dos años y seis meses por los mismos delitos y una multa de 30.000 euros, no se opuso al acuerdo alcanzado por los abogados.
La víctima, Kamila K., quien a consecuencia de estos hechos precisó ayuda psicológica, permaneció llorando durante el tiempo que duró la conversación entre los letrados y exigió que el azafato español se disculpase personalmente. Así, una vez se reconoció culpable, David G.M. -quien no ingresará en prisión al no tener antecedentes penales y ser la condena inferior a dos años- se acercó a su compañera con la que estuvo conversando durante unos minutos.
La abogada de Kamila K. explicó que los hechos eran más beneficiosos para su cliente a la hora de defender una condena para el azafato, no obstante, abogó por el acuerdo a fin de "evitar un juicio desagradable que podría durar hasta cuatro horas". Asimismo, esta letrada explicó que propondrá la suspensión de condena y la sustitución del año de cárcel por dos años de libertad vigilada.
VIAJE A LIVERPOOL
Los hechos tuvieron lugar el 18 de julio de 2006 cuando la tripulación de la compañía aérea Futura pasó la noche en Liverpool haciendo escala durante un servicio. Todos cenaron en el restaurante del hotel en el que se hospedaron, excepto la presunta víctima, Kamila.K, quien permaneció en su habitación debido a que al día siguiente tenía que madrugar.
Su ausencia provocó que el acusado acudiera sobre la medianoche a la recepción para llamar por teléfono a Kamila K. a su habitación. Al no recibir respuesta, David.G.M. y otra azafata de nacionalidad holandesa Margarita Elena G.O., de común acuerdo, decidieron subir a despertarla. La mujer consiguió la llave de la habitación alegando que era Kamilia K. y que la había perdido.
Una vez en el interior de la habitación tanto el acusado como su compañera holandesa se postraron en la cama, donde Kamilia K. dormía. Asustada por lo que sucedía, se encerró en el baño, momento en el que aparecieron en la habitación el comandante de vuelo y el segundo piloto, quienes, al no salir la azafata del baño, abandonaron el lugar tras manifestar a David G.M. y a Margarita Elena G.O. que hicieran lo mismo.
En lugar de eso, el azafato y su compañera holandesa permanecieron en la cama de la demandante durante 10 minutos, simulando que mantenían relaciones sexuales e invitando a Kamilia K. –todavía encerrada en el baño– a que les acompañase. El Juzgado Central Penal de la Audiencia Nacional era competente para juzgar estos hechos al tratarse de delitos de un ciudadano español cometidos en el extranjero.
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