Nos gusta que nuestra empresa piense en nosotros. Más de un ochenta por ciento de los españoles considera que un sistema de incentivos diseñado para recompensar su trabajo estrecha los vínculos emocionales con su compañía. De ellos, un 19% considera que las revisiones salariales periódicas y las mejoras en las condiciones laborales contribuyen a trabajar más y mejor.
Así lo revela un estudio realizado por la compañía Grass Roots entre profesionales de diferentes sectores, para estudiar la valoración de las políticas de incentivos en nuestro país. Para un 69 % los presupuestos destinados a incentivar a empleados o canal son una inversión muy acertada de cara a mejorar tanto resultados económicos de una firma como a conseguir un clima laboral idóneo.
¿Qué es lo que realmente nos motiva?
La flexibilidad del esquema de incentivos es uno de los factores mejor valorados por los encuestados. De hecho, un 42 % de ellos prefiere tener la capacidad de decidir su regalo. El dinero, a través de pagas extraordinarias, y la posibilidad de éste de ser adaptado a las necesidades personales, es uno de los más regalos más apreciados. Aunque, sin duda, por encima de valor económico o utilidad, lo que realmente valora más de la mitad (59%) es el detalle de la empresa por valorar nuestro esfuerzo.
Principales carencias
Pero, en ocasiones, los deseos de los empleados se topan con la dura realidad. Un amplio porcentaje de los encuestados, un 35%, reconoce que la oferta de incentivos que le otorga su compañía es escasa o muy mala.
Entre las principales observaciones que destacan se encuentran políticas de incentivos arbitrarias o que fomentan los agravios comparativos entre empleados de la misma plantilla. Algunos hacen hincapié en que los incentivos no se ajustan a la responsabilidad del puesto que ocupan o en que en su empresa, sencillamente, no existe ningún programa de incentivos.
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