La compañía química alemana Basf, la mayor empresa del sector a nivel mundial, anunció ayer que cerrará 80 de sus fábricas en todo el mundo y reducirá la producción en otras 100 plantas para adecuar su actividad a la caída "masiva" de la demanda, lo que afectará a unos 20.000 empleados de la multinacional en todo el mundo.
La firma alemana precisó que buscará acuerdos flexibles en las jornadas laborales allí donde sea posible, e informó de que ya se ha firmado un acuerdo al respecto con los representantes de los trabajadores de su planta principal en Ludwigshafen, donde se verán afectados unos 5.000 trabajadores.
Asimismo, Basf indicó que los ajustes serán llevados a cabo principalmente en sus unidades vinculadas al suministro de productos para los sectores del automóvil, la construcción y el textil.
"Los cierres serán coordinados a través de los centros de producción de Basf e implicarán a las seis plantas de Verbund en Europa, Asia y Norteamerica, así como a otras localizaciones", dijo la empresa.
A este respecto, la compañía germana explicó que la puesta en marcha de la mayoría de las medidas ya ha comenzado y precisó que la reducción de su capacidad durará hasta al menos enero de 2009.
Por otro lado, la compañía alemana admitió que sus volúmenes de ventas se han visto negativamente afectados por la creciente reducción de inventarios por parte de los clientes y la escasez de crédito para las empresas a las que suministra sus productos.
"De este modo, Basf no logrará alcanzar en 2008 el excelente resultado bruto de explotación del año anterior y es difícil prever como se desarrollará el próximo ejercicio", dijo el presidente del consejo de Basf, Jürgen Hambrecht, quien afirmó que la compañía se prepara "para tiempos duros".
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