Los trabajadores de Spanair tienen a partir de hoy siete días hábiles para pronunciarse en relación a los traslados forzosos a otras comunidades así como a la adhesión de forma voluntaria al Expediente de Regulación de Empleo presentado por la compañía, lo que permitirá tener una lista definitiva del número de despidos, según informaron fuentes de Spanair a Europa Press.
Así, hoy se abre el plazo para que los distintos colectivos -tripulantes de cabina, fuerza de ventas, pilotos, técnicos de mantenimiento, rampas y servicios generales- expresen su conformidad con lo manifestado en el ERE.
El plazo finalizará el próximo 26 de noviembre, y un día después, el jueves 27, Spanair remitirá el ERE a la Autoridad Laboral, donde figurará el número exacto de afectados por los despidos y los traslados.
Así, los trabajadores afectados deberán decidir si se adscriben de forma voluntaria al ERE, o bien aceptan los traslados, una jubilación anticipada o una reducción de la jornada. Al término del periodo de siete días, la lista definitiva de despidos y traslados se publicará en la intranet de la compañía.
Cuando parecía que todos los colectivos habían ratificado el ERE, los pilotos rechazaron el pasado 5 de noviembre sumarse al expediente, cancelando todas las asambleas previstas en las que había que ratificar dicho acuerdo, manifestando un gran descontento por la falta de información y desarrollo del propio expediente. Finalmente, todos los colectivos suscribieron el acuerdo, pero ahora está por conocer la cifra exacta de empleados que perderán su trabajo.
De los 1.200 despidos iniciales la compañía redujo la cifra a unos 1.000, después de arduas negociaciones con los sindicatos. El Plan de Viabilidad de la aerolínea también contempla unos 800 traslados forzosos. Una vez el ERE obre en poder de la Dirección General de Trabajo, ésta deberá pronunciarse en unos días sobre el mismo y dictar una resolución sobre su viabilidad.
El ERE está contemplado dentro del plan de viabilidad que llevará a cabo la aerolínea y que persigue garantizar la rentabilidad y futuro de la compañía. Ello obligó a Spanair a mantener numerosas reuniones con los sindicatos, con el fin de llegar a un acuerdo global con todos los colectivos de trabajadores, tal y como lo exigió SAS, el grupo escandinavo propietario de Spanair.
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