Según un informe de la Comisión Europea sobre la libre circulación de personas, tras la ampliación del bloque a 27 países España recibe uno de cada cinco trabajadores del Este de Europa que emigran al resto de la UE.
En el caso de los dos últimos países que adhirieron a la UE, Rumanía y Bulgaria, más del 50% de sus emigrantes se dirige a España, de acuerdo con el mismo estudio.
El estudio desmiente sin embargo el mito del ‘fontanero polaco’, según el cual los trabajadores del Este de Europa invadirían a sus vecinos apenas se les permitiese moverse dentro del bloque, empujando hacia abajo los salarios y creando una mayor presión en los mercados laborales.
Once de los 15 miembros de la vieja Europa (UE-15), entre ellos España, han abierto por completo sus fronteras a los ciudadanos de los diez nuevos países ingresados al bloque en 2004.
Para Bulgaria y Rumanía, que llegaron a la UE en 2007, siguen existiendo en cambio restricciones temporarias en todos los casos, con la excepción de Suecia.
En ese marco, y desde la ampliación de 2004, el número de ciudadanos de países del Este de Europa (sin contar a Bulgaria y Rumanía) residentes en la UE-15 se incrementó en 1,1 millones, pasando de 900.000 en 2003 a cerca de 2 millones en 2007.
Si los polacos siguen ocupando el primer lugar en la lista de europeos que residen en un país diferente del suyo (25% en 2007), los rumanos y búlgaros han duplicado su número en cuatro años.
En ese sentido, y de acuerdo con estadísticas difundidas por la Comisión Europea, el número de búlgaros y rumanos residentes en el resto de la UE pasó de 690.000 a fines de 2003 a 1,6 millones a fines de 2007.
La mitad de ese millón de personas eligió España como lugar de residencia, según el informe, que subraya que el porcentaje de búlgaros y rumanos en la población española es actualmente de 1,9%, el más alto de Europa. Además, el 1% de la mano de obra en España es de origen búlgaro y rumano.
En cuanto a los inmigrantes en el conjunto de la UE, el Reino Unido recibió el 32%, seguido de España con el 18% e Irlanda con el 10%.
En el caso de Irlanda, dada la talla de su población (unos 4 millones), la afluencia de inmigrantes del Este de Europa ha hecho que casi el 5% de sus habitantes en edad de trabajar sean de origen extranjero.
A pesar de estas cifras, la Comisión Europea señala que el estudio permite observar que la mayor parte de la emigración laboral dentro de la UE es temporaria y que responde a la ley de la oferta y la demanda.
En ese sentido, se menciona que ante la actual crisis económica que golpea a Irlanda y el Reino Unido, el número de inmigrantes ha conocido una reducción sustancial, al tiempo que se ha incrementado la cifra de personas que están regresando a sus países de origen.
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