Las trabajadoras catalanas dedican una media de 22 minutos a la comida de mediodía, practican poco deporte, se sienten estresadas y se muestran poco preocupadas por su estado de salud cardiovascular, según el estudio ‘Hábitos de alimentación de la mujer trabajadora’. La escasa dedicación de tiempo a la comida es incluso más acusada en el segmento de mujeres trabajadoras a jornada completa.
El estudio refleja que las jóvenes catalanas (24-35 años) son poco proclives a consumir productos cardiosaludables, como frutas, verduras o aceite de oliva. Además, en esta franja de edad se consume más bollería industrial y menor cantidad de productos bajos en sal, una tendencia similar a la del resto de comunidades consultadas.
Las mujeres encuestadas saben que el consumo excesivo de sal es perjudicial para la salud, pero dos de cada tres desconoce que se trata de un factor de riesgo cardiovascular. El estudio refleja que las mujeres están más concienciadas sobre los perjuicios del consumo de azúcar que sobre las de la sal, como demuestra que el 83 por ciento de los hogares no incluya en su dieta productos sin sal.
La mayoría de las mujeres, un 56 por ciento, considera que su dieta es "equilibrada", aunque con aspectos a mejorar. En este sentido, los ‘pecados’ alimenticios más reconocidos por las catalanas son el consumo excesivo de sal, fritos y mantequilla.
El estudio ‘Hábitos de la alimentación de la mujer trabajadora’, encargado por Campofrío a una compañía independiente, muestra que la mayoría de las mujeres se considera estresada debido al conjunto de exigencias laborales y familiares que debe afrontar. Los síntomas relacionados con el estrés que más habitualmente padecen son la tensión muscular, especialmente en la espalda (46%), sensación continua de cansancio (29%) y el dolor de cabeza (34%).
Además, las catalanas apenas practican deporte, especialmente las que trabajan a jornada completa, limitando su actividad a un día por semana. El 61 por ciento de las consultadas no acuden nunca al gimnasio ni realiza ningún otro tipo de deporte. Asimismo, a casi la mitad de las catalanas no le preocupa su salud cardiovascular y una de cada tres nunca se ha realizado un electrocardiograma.
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