Los directivos de la multinacional estadounidense Johnson Controls, con 260 trabajadores en la fábrica de Campo Real, explicaron el miércoles a los representantes sindicales que el cierre de la fábrica "es irreversible".
Ayer comenzaron las negociaciones entre la compañía y sus empleados por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) con el que la empresa quiere cerrar la planta. La noticia saltó el pasado viernes, cuando Johnson Controls anunció el cierre de su fábrica de Campo Real, donde hasta un 70 por ciento de los empleados son mujeres, de una edad que ronda los 40 años y con una antigüedad en la empresa de entre 8 y 10 años.
En esta planta se fabrican parasoles y Johnson Controls quiere cerrarla para afrontar la crisis que sufre el sector del automóvil.
El próximo miércoles volverá a producirse otra reunión entre directivos y los enlaces sindicales de la fábrica. Ante el cierre planteado por la empresa, desde el comité de empresa se espera conseguir al menos un plan social que incluya prejubilaciones y recolocaciones que solucionen la situación de los 260 trabajadores que se quedarán en paro antes de junio de 2009, fecha dada por la multinacional para echar el cierre.
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