El líder del PP, Mariano Rajoy, anunció ayer que planteará al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la reunión que mantendrán antes de la cumbre financiera internacional de Washington, un paquete de medidas similar al que tomó el PP en 1996 para hacer frente a la "crisis de la economía real" de España por entender que hasta ahora sólo se han aplicado "parches y remiendos milagreros".
Además, defenderá "volver a los valores" del trabajo, del esfuerzo y de una economía productiva, "impedir prácticas como el excesivo apalancamiento financiero" o que se concedan "créditos ilimitados sobre recursos propios escasos".
Así lo adelantó durante la conferencia que pronunció en el XI Congreso Nacional de la Empresa Familiar que se celebra estos días en Madrid.
En su extensa alocución, Rajoy hizo un resumen de algunas de las recetas que propondrá a Zapatero, quien, en su opinión, no ha tomado de medidas "de verdad" frente a la crisis y, por lo tanto, pone "en riesgo" miles de puestos de trabajo y decenas de empresas. En este sentido, recalcó que, junto a la crisis financiera internacional, en España hay una crisis "propia" de la economía real que se refleja "en el parón de la actividad y el desempleo galopante".
Sin embargo, lamentó que el gabinete socialista "siga aún en el día de hoy sin ser capaz de hacer un diagnóstico claro de la situación" y hasta ahora sólo haya habido "ocurrencias, parches y remiendos milagreros".
"No hay una política que vaya al fondo del asunto, ni un paquete de medidas coherente que responda a unos objetivos. La mayor parte de las medidas son paliativas, para mitigar el daño e incluso se presume de ellas, pero no van a la raíz de nuestros problemas. Es el mismo problema de actitud de estos últimos cuatro años", sentenció.
Tras defender los resultados que consiguió la política económica que aplicó José María Aznar en 1996, afirmó que "algo similar hay que hacer ahora", aprobando un paquete de medidas "valiente", que aborde los problemas pendientes y que genere confianza, porque "con medidas paliativas o cataplasmas no se va ninguna parte".
AUSTERIDAD Y BAJAR IMPUESTO DE SOCIEDADES
En primer lugar, aseguró que es necesario un programa de austeridad en las cuentas públicas; una rebaja al 20% del tipo impositivo del Impuesto de Sociedades a las pymes; y libertad de amortización de las inversiones del inmovilizado en los dos próximos años para todas las empresas, así como un apoyo fiscal en el IVA y en el Impuesto de Sociedades para las empresas que tienen problemas de impagos.
En segundo lugar, y puesto que ya no es posible la política de devaluaciones para ganar competitividad, defenderá ante el presidente del Gobierno la urgencia de llevar a cabo reformas estructurales, como aumentar la independencia de los organismos reguladores, vigilar los precios mediante el aumento de la competencia y la liberalización de los mercados o garantizar la unidad de mercado.
Además, planteará cambios en la política energética, educativa, I+D+i, laboral y de inmigración. Señaló que hay que avanzar en un modelo de mayor independencia energética y mayor competencia que garantice el abastecimiento. En educación, continuó, "el fracaso de España sonroja" y la innovación "es la gran asignatura pendiente de la economía española". En cuanto al mercado laboral, apostó por una reforma consensuada como la de 1997.
REFORMA DE LA LEY DE EXTRANJERIA
También propondrá al presidente del Gobierno una reforma de la Ley de Extranjería por considerar que "no es razonable" que en una situación como la que se está viviendo ya se hayan concedido 550.000 nuevas tarjetas de residencia este año (en 2007 se dieron 970.000). Por eso, urgió a reformar esta ley para apostar por el control y el orden, así como a modificar la normativa de reagrupación familiar para que no se convierta en un procedimiento para que los inmigrantes entren "por la puerta de atrás".
Según dijo, puede que alguna de estas medidas sean decisiones "poco cómodas", pero "son absolutamente necesarias". "El Gobierno está a tiempo de tomarlas y además estamos al principio de una legislatura", subrayó, para agregar que la situación que se está viviendo es "en buena medida una corrección de excesos y de malas prácticas".
En este sentido, afirmó que ha entrado también en crisis "un sistema de valores tan viciado como los ‘activos tóxicos’ que provocaron el colapso del sistema financiero". En su opinión, las burbujas "sean inmobiliarias, tecnológicas o financieras, acaban reventando siempre y después de estos reventones" quedan las empresas con actividad, con producción, con trabajadores y con proyectos de futuro.
Por eso, abogó por volver a los fundamentos de la economía productiva y los de una sociedad emprendedora, donde se reconozcan valores como el esfuerzo, la disciplina y la responsabilidad individual. "Yo creo que estos son los valores que nos ayudarán a salir de esta situación -enfatizó-. Frente a la ingeniería financiera, el trabajo; frente al aventurerismo, la prudencia; y frente al voluntarismo engañoso, el optimismo responsable".
Asimismo, aseguró que dirá a Zapatero que la estabilidad financiera mundial no se puede asentar sobre "un desmesurado déficit exterior", que hay que "impedir prácticas como el excesivo apalancamiento financiero" y que "no se deben dar créditos ilimitados sobre recursos propios escasos". Según indicó, la inversión debe estar vinculada a los recursos propios, "lo que excluye un acceso razonable al crédito".
"Hay que hacer empresa sobre recursos propios, lo que desaconseja repartir dividendos de manera alocada", avisó, para aclarar que volver a los valores significa "ser consciente de lo que se puede hacer y no hasta por encima de las posibilidades", tener empresas "con fundamento" y "ser serios".
"NO AVALAR LA IMPUNIDAD DE MALOS GESTORES"
El presidente del PP aprovechó para justificar el apoyo de su partido a las medidas financieras de ayuda a la banca pero se quejó de que tres semanas después aún no se hayan puesto en marcha. "Por responsabilidad apoyamos unas medidas extraordinarias para tranquilizar el sistema financiero. Por esa misma responsabilidad vamos a ser implacables en la fiscalización de esas ayudas. No voy a hacer nada para avalar el oscurantismo, la arbitrariedad o la impunidad de malos gestores", aseveró.
Rajoy recordó que las exigencias del PP pasan por el control en la gestión, la transparencia en el manejo del dinero público y la eficacia del programa, de tal manera que esa financiación llegue a empresas y hogares. "Estamos negociando con el Gobierno algunos aspectos del desarrollo de las mismas. Algunas cosas no nos satisfacen plenamente pero todavía es necesario seguir negociando", afirmó, para advertir de nuevo que es necesario ponerlas en marcha cuanto antes.
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