Estos días muchos estadounidenses se preguntan qué ha sido del del sueño americano, este ideal que es alcanzable por todos con trabajo duro y determinación. ¿Pero qué hacer si no hay trabajo?
Motivo para la preocupación tienen: la economía estadounidense ha perdido en octubre de golpe 240.000 empleos, lo que eleva el cómputo total a 1,2 millones puestos destruidos en lo que va de año, y el índice de desempleo al 6,5 por ciento, el mayor en 14 años.
Y las previsiones no son más alentadoras para el año próximo, ya que los economistas auguran una escalada de la tasa de desempleo hasta el 7 ó 8 por ciento, unos niveles que Estados Unidos no ha visto en casi dos décadas.
El escenario es negro y las empresas han empezado a reaccionar para hacer frente a la crisis, aunque de momento "sólo" el 37 por ciento de las compañías está contemplando ya o planea en un futuro recortar su plantilla, según una encuesta de la consultora Mercer.
Pero más vale prevenir que curar y desde que aparecieron los primeros signos de "enfermedad" en el mercado laboral estadounidense, consultoras, expertos en Recursos Humanos, psicólogos y medios de comunicación ofrecen consejos sobre cómo evitar un despido.
Los libros de auto-ayuda, las listas de consejos en Internet y en la prensa son interminables e incluyen recomendaciones para cualquier categoría de empleado y escala salarial.
Las indicaciones o sugerencias son simples y no destacan precisamente por su carácter novedoso e innovador, y además su eficacia no está probada, pero ante una crisis laboral bien merecen un intento para impresionar al jefe y dejar de paso constancia de que uno es imprescindible para la compañía.
Una buena actitud es lo primero. Las quejas nunca son bien recibidas por los jefes, ni siquiera cuando hay un recorte del sueldo sobre la mesa o el superior pregunta cómo van las cosas, recomienda Chris Kalabouki, un experto en materia laboral.
Contrariamente a lo que uno pudiera pensar, este consultor cree que no es el momento de sobresalir en el trabajo, porque los colegas aprovecharán el ataque de nervios y de inaguantable envidia para hablar mal del "genio" a su espalda o delatarlo ante el jefe.
Por eso, hay que mantener una postura neutral y, muy importante, no trabajar más sino más horas, lo que implica sacrificar todo, incluso a veces el tiempo de calidad con la familia.
Esta opinión no la comparten todas las consultoras, ya que la mayoría que ha difundido sus consejos en la red cree que el trabajo no es todo y que uno es más valorado profesionalmente si se acompaña lo laboral con otras experiencias en la vida.
Tampoco coinciden en que mantener un perfil bajo favorece al trabajador, por lo que recomiendan todo lo contrario: hay que asegurarse de que el jefe sepa lo que uno vale.
Importante es también mostrar a la empresa las ganas que tiene uno de aprender, reciclarse y de adquirir nuevos conocimientos apuntándose a cursos de formación en diferentes materias.
Una máxima que hay que tener presente para no perder el puesto es la de que el trabajo en equipo vale más que el individualismo, el egocentrismo o ambiciones fuera de alcance.
Aquellos que trabajen en los sectores de salud, petróleo y gas, servicios, educación, auditoras o software, están de suerte, estas industrias están en auge, según Mercer.
Y los que se vean obligados a buscar un nuevo empleo ya saben dónde hay posibilidades: profesores, enfermeros, vendedores e ingenieros se hacen actualmente con los tan cotizados puestos de trabajo en Estados Unidos.
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