El fabricante estadounidense de componentes para automóviles Johnson Controls, que anunció ayer el cierre de su planta de producción de parasoles en Campo Real (Madrid), ha asociado el futuro de las plantas españolas con la evolución de sus clientes, entre los que se encuentran Nissan, Ford, Renault y General Motors, entre otros.
Según declaraciones a Europa Press del director de Recursos Humanos de la compañía, Juan Peinado, la gran mayoría de las plantas que se encuentran en España están conectadas a clientes como Ford, Seat, Nissan o General Motors, por lo tanto, el futuro que sigan las plantas españolas dependerá de la evolución de estos clientes.
En este sentido, afirmó que desde la empresa se confía en que el cierre de la planta en Campo Real sea un asunto puntual, aunque "si estos clientes toman la decisión de reducción de turnos, por ejemplo, afectaría a la compañía".
Respecto a dónde se podría llevar la actividad que se desempeñaba hasta el momento en la planta de Campo Real, Peinado subrayó que ésta es "residual o remanente", y señaló que ya que Johnson Controls tiene múltiples clientes fuera de las fronteras españolas, por una cuestión de proximidad, se podrían llevar estos trabajos a alguno de estos países, aunque matizó que "todavía no se sabe nada".
En este sentido, declaró que si en Europa se puede garantizar una mejor utilización de las capacidades se debe a una cuestión puramente práctica o logística, y es que de la actividad que producen las plantas españolas tan sólo un 10-15% está destinado al territorio nacional, mientras que el resto se destina a fabricantes extranjeros.
CIERRE DE LA PLANTA DE CAMPO REAL
Johnson Controls anunció ayer el cierre de su planta de parasoles en Campo Real (Madrid) antes de la mitad del próximo ejercicio, informó ayer la compañía, medida afectará a 260 trabajadores.
La corporación señaló que esta acción se ha producido como una iniciativa orientada a "adaptarse a la difícil situación por la que atraviesa el mercado de la automoción por caídas de los volúmenes de producción y depreciaciones".
Johnson Controls explicó que esta decisión forma parte de su plan de reestructuración global, que anunció el pasado mes de septiembre y que tiene el objetivo de mantener la competitividad de la empresa a largo plazo, "dado el debilitamiento que está sufriendo la industria de la automoción".
La compañía subrayó que se ha producido una reducción de la demanda de sus productos tanto en España como en Europa, a causa de la contención del consumo, de los altos precios de las materias primas y de los costes energéticos.
La multinacional explicó que la planta de parasoles de Madrid "desde hace años se ve afectada por la difícil situación a la que se enfrenta la industria de la automoción". Asimismo, resaltó que las depreciaciones y las caídas de ventas "han provocado que el negocio de la producción de parasoles esté pasando por una difícil situación dentro del mercado".
Johnson Controls destacó que las medidas llevadas a cabo en la planta para mejorar la eficiencia no han dado el resultado esperado. Así, una vez que se pare la actividad en esta fábrica, la fabricación "residual" se trasladará de Madrid a otras instalaciones de la empresa.
Esta acción, según la empresa, forma parte de su estrategia de concentración de sus actividades en centros de competencia en toda Europa y donde se puede garantizar una mejor utilización de las capacidades. "El mantenimiento de la planta exige unos altos volúmenes de producción que no son posibles de alcanzar", añadió la empresa.
La firma indicó que prevé implementar esta medida antes de la segunda mitad del próximo año e informó de que ha comunicado esta decisión a los representantes de los trabajadores y que posteriormente iniciará un proceso de negociación con el comité de empresa.
Johnson Controls cuenta con otras seis plantas de producción en Madrid y resaltó que estas instalaciones no se verán afectadas por el cierre de la fábrica de Campo Real, aunque no descartó tomar "más medidas en el futuro" si las dificultades económicas persisten.
La multinacional estadounidense cuenta con una factoría en el municipio zaragozano de Pedrola que fabrica los asientos del modelo Opel Meriva de General Motors. Esta planta aplicará un Expediente de Regulación de Empleo que supondrá la extinción de 42 contratos en una plantilla de 193 empleados.
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