El Banco de España asegura en su último boletín económico que el encarecimiento del petróleo genera, entre otros efectos negativos, un aumento del paro estructural y, a la vez, mayores demandas salariales.
El paro estructural se mide a partir de un ratio conocido como ‘NAIRU’ (tasa de desempleo no acelaradora de la inflación, por sus siglas en inglés), que es el nivel por debajo del cual el empleo se produce a costa de un aumento de la inflación.
El Banco de España asegura que "si los márgenes que los empresarios cargan sobre sus productos aumentan cuando crecen los precios del petróleo, la demanda de empleo será menor para cada salario y, por tanto, la tasa de desempleo estructural (‘NAIRU’) tenderá a aumentar".
Además de elevar el paro estructural, otro de los efectos de la subida del precio del crudo sobre el mercado laboral es el aumento de la demanda salarial, indica el boletín. Las peticiones de mejora de sueldo "aumentarán más cuanto mayor sea la inflación", de modo que "los aumentos en el precio relativo del petróleo hacen que los trabajadores aumenten sus demandas salariales", señala.
En el caso español, la tendencia es "asimétrica", esto es, el encarecimiento del petróleo provoca más peticiones de subida de salario, pero una bajada no genera presiones en el sentido contrario, señala el Banco de España.
Por otro lado, el aumento del paro estructural no tiene por qué disuadir a los trabajadores de pedir subidas de sueldo. Al contrario, "si los salarios de los trabajadores aumentan ante el incremento de los precios del petróleo, la tasa de desempleo estructural o ‘NAIRU’ sufrirá un incremento", advierte.
El Banco de España también constata en el boletín económico de este mes que la subida del precio del petróleo afecta negativamente a a la productividad y al ‘stock’ de capital de la economía, ya que provoca la obsolescencia prematura de sectores económicos que pueden dejar de ser rentables.
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