Tras haber salido al rescate de Fortis y Dexia, el Estado belga inyectará 3.500 millones de euros para respaldar a KBC, único gran banco del país que había escapado hasta ahora de la crisis y cuyas acciones se desplomaron en Bolsa.
KBC, muy presente en Flandes (norte de Bélgica) y Europa Central y del Este, "emitirá 3.500 millones de euros en títulos para el Estado belga, a instancias de iniciativas similares en todo el mundo", indicó la institución bancaria belga en un comunicado.
La decisión fue tomada tras dos días de negociaciones con responsables del Gobierno belga.
Pese a esa emisión de acciones, no habrá una "disolución del accionariado existente" y el Estado no tendrá derecho de voto, agregó KBC.
Sin embargo, el Estado tendrá dos representantes en el consejo de administración del banco, con "derecho de aprobación" sobre ciertas decisiones, incluyendo cualquier adquisición cuyo valor sea superior a la cuarta parte de las acciones y reservas de KBC y la política de remuneración de miembros del comité de dirección.
"Dada la importancia de capitales sólidos para amortiguar las actuales circunstancias excepcionales en los mercados financieros, la transacción permitirá al grupo KBC -que ya tiene un capital sólido y liquidez- desarrollar más sus actividades", indicó de su lado CBFA, el ente regulador financiero de Bélgica en un comunicado
"La intervención del Gobierno tiene también como objetivo proteger la actividad económica en Bélgica", agregó.
KBC utilizaría unas dos terceras partes del dinero inyectado (2.250 millones de euros) para reforzar su actividad bancaria, y destinaría los restantes 1.250 millones a su sector de seguros, con el objetivo de "enfrentar los futuros desafíos del mercado".
KBC, que afirma estar protegida de cualquier problema de liquidez o solvencia, era hasta ahora el único gran banco belga que se había abstenido de recurrir al Estado o a un establecimiento extranjero para enfrentar la crisis que sacude al sistema bancario del reino, uno de los más afectados por el huracán financiero surgido en Estados Unidos.
En ese sentido, el banco belga-holandés Fortis, el franco-belga Dexia y el holandés ING, con fuerte presencia en Bélgica, ya habían recibido aportes masivos de dinero de parte del Estado y el sector privado en las últimas semanas para evitar el colapso.
La acción de KBC ha perdido cerca del 76% de su valor desde principios de año y la agencia de calificación financiera Fitch había colocado el viernes bajo "vigilancia negativa", las notas ‘AA-‘, a las principales filiales de KBC.
Con las consecuencias de la crisis financiera comenzando a influir con fuerza en la situación económica, los responsables belgas han previsto una mini-cumbre el próximo 5 de noviembre para tomar medidas de apoyo a los distintos sectores de la producción en el reino.
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