El director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Juan Somavia, considera que la crisis podría traducirse en una pérdida de 20 millones de trabajo en todo el mundo a finales de 2009, lo que supondría superar por primera vez los 200 millones de desempleados en el mundo.
Así lo pone de manifiesto Somavia en un artículo de opinión titulado ‘Recuperar de confianza y hacer frente a la crisis financiera’, en el que realiza un primer análisis estimativo sobre el impacto de la crisis en los trabajadores.
En concreto, cree que los trabajadores pobres que viven con menos de un dólar estadounidense al día podrían aumentar en 40 millones, mientras que los que viven con dos dólares al día podrían verse incrementados en más de 100 millones.
Así, Somavia advierte del peligro de que millones de personas sufran un impacto "duro, global y sistemático" si no se actúa de manera decisiva contra la crisis, y afirma que estas cifras podrían ser mayores si los efectos de la actual contracción económica y la potencial recesión no son atacados con rapidez.
En este sentido, apuesta por concentrarse en las personas, las empresas y la economía real, reestableciendo el crédito, apoyando a los más vulnerables, desarrollando políticas públicas y reglas para premiar el trabajo duro y a las empresas, y encarando los desafíos subyacentes, como la crisis de pobreza masiva o la desigualdad social.
Así, cualquier plan que se adopte deberá integrar políticas financieras, económicas, sociales, laborales y medioambientales en un marco de desarrollo sostenible. "No podemos hacer frente a una crisis de créditos subvaluados con políticas que también sean subvaluadas. Es hora de pensar y actuar de manera audaz e innovadora para hacer frente a los desafíos que tenemos por delante", subraya.
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