Además tienen un alto riesgo el trabajo en la minería subterránea, las tareas que supongan alta presión, como los buzos, o las de riesgo de despresurización, como el de las azafatas.
Esta es una de las conclusiones a las que llega un informe realizado por la AEP que se distribuirá entre los médicos del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y del Servicio Público de Salud, según ha informado hoy en un comunicado el ministerio de Trabajo e Inmigración.
En el estudio se analiza la valoración del riesgo durante la lactancia maternal en relación con el puesto de trabajo de las madres trabajadoras.
La legislación española en materia de Seguridad Social establece una prestación específica para el caso de que la mujer embarazada o en período de lactancia se vea forzada a abandonar el puesto de trabajo al suponer un riesgo para su salud o la del niño.
El documento de la AEP destaca la importancia de la lactancia natural para la salud del niño y la necesidad de que desde el ministerio se siga promoviendo y facilitando los medios para que la lactancia se haga de una manera segura y sin trabas cuando se trata de madres trabajadoras.
El informe de la AEP considera que la carga física, posturas, movilidad extrema, radiaciones, vibraciones, ruido y temperaturas extremas no tienen demostrada una incidencia negativa en los procesos de alimentación materna.
El análisis incorpora un código de identificación de las sustancias químicas más perjudiciales y distintos cuadros y tablas en los que se especifican los posibles efectos tóxicos y su relación con la salud del bebé lactante, recuerda el ministerio.
En cuanto a los riesgos químicos, el documento recoge información general sobre algunas de las sustancias más conocidas por su efecto perjudicial sobre el niño a través de la leche de la madre: plomo, pesticidas, disolventes, gases anestésicos, cauchos y productos farmacéuticos.
Por último, el informe destaca la necesidad de un equilibrio fisiológico entre la madre y el niño que permita el proceso de lactancia natural.
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