El secretario general de Comisiones Obreras, José María Fidalgo, mostró ayer su confianza en que las "magníficas" relaciones entre España y el Estado francés, con especial referencia al Gobierno de Nicolás Sarkozy, sean un puente para poder solucionar la situación de incertidumbre ante el futuro de las plantas españolas de RENAULT.
De este modo se pronunció Fidalgo a preguntas de los periodistas respecto a la situación de Renault y sobre la reunión que mantuvo ayer el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Miguel Sebastián, en París con el presidente de Renault y de Nissan, Carlos Ghosn.
Tras destacar que tanto la Junta de Castilla y León y como el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, conocen "perfectamente" el problema de Renault en España y la magnitud de sus decisiones, Fidalgo se mostró convencido de que ambos gobiernos están trabajando con la empresa y con las autoridades francesas, "porque esta –aclaró– es una empresa no sólo francesa sino una empresa en la que el Estado francés tiene la acción de oro".
Dicho esto, insistió en mostrar su deseo de que las "magníficas relaciones" que mantiene España con el Estado francés y, en particular, con el Gobierno del presidente Sarkozy "sean un puente para que no caiga una realidad industrial que es importantísima para España y, sobre todo, para Castilla y León".
"En eso estamos", continuó el secretario general de CC.OO., que aprovechó la referencia concreta a la situación de las factorías de Renault en España para recordar que esta "etapa de crisis severa" afecta también a factorías de otras marcas, como Nissan o Seat, que también se han visto afectadas por anuncios de recortes de trabajo.
Para José María Fidalgo todo apunta a que la economía mundial se enfrenta "ciertamente a una recesión grave" a la que no son ajenas las empresas industriales españolas por ser terminales de las multinacionales. "Hay que sostenerlas aquí porque empresa que se cierra empresa que no se vuelve a abrir", advirtió.
ADVIERTE DEL PROBLEMA DE ENTRAR EN UNA CRISIS INDUSTRIAL
Tras reconocer que es un problema "conocido y cierto", Fidalgo no ocultó que se trata de una "situación complicada" desde el punto de vista económico y "no sólo por la crisis del sistema financiero, que hay que estabilizar", si no por la posibilidad de que España entrase en una crisis industrial.
Fidalgo recordó que España ha vivido fundamentalmente de la demanda interna al mismo tiempo que ha generado una balanza comercial "muy negativa" por lo que advirtió de que el país no se puede permitir "amputaciones" del segmento industrial de tecnología media y alta "en primer lugar, porque esto es lo que necesita nuestro país cuando hablamos de cambio del patrón de crecimiento del modelo productivo".
El segundo argumento aportado por el secretario general de CC.OO. fue que este segmento genera mucho valor añadido y mucho tejido y distrito industrial alrededor. Por último, apuntó Fidalgo, el problema de Renault afecta fundamentalmente a Castilla y León, "que no es Madrid ni es Barcelona, y creo que hay que pelear para que no se produzca una desaparición de producción y, mucho menos, de empleo y de empresa".
Por último, Fidalgo abogó por que los políticos que están gestionando el futuro de Renault en España con la empresa y con los políticos franceses vean también el respaldo de la ciudadanía a esa "pelea" porque "claro, esto es muy importante y no va a ser nadie ajeno a poner su esfuerzo para resolver lo que puede ser un problema grave".
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