La principal central obrera de Argentina dijo la semana pasada que debido a la crisis financiera mundial "va a esperar" antes de plantear al empresariado aumentos salariales.
"Creemos que esta no es la oportunidad de hacerlo", declaró a la prensa el titular de la Confederación General del Trabajo, Hugo Moyano.
"Habrá que esperar a diciembre y veremos", agregó el sindicalista, quien advirtió que no es momento para una exigencia salarial "ante una situación de crisis tan profunda a nivel internacional".
En Argentina, las primeras víctimas de la crisis fueron casi un millar de trabajadores de la fábrica de camiones Iveco, del grupo Fiat, instalada en la provincia de Córdoba, que el viernes fueron suspendidos por 24 horas por problemas en exportar sus productos a Brasil debido a la fuerte devaluación de la moneda en ese país.
Temerosa de que las suspensiones puedan extenderse en otros frentes, así como a comenzar los despidos, la CGT dijo el jueves que decidió elaborar propuestas para acordar con el gobierno y los empresarios cómo promover la producción y el consumo y evitar la recesión y la pérdida de puestos de trabajo.
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