El nuevo presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles (Anfac), Francisco Javier García Sanz, ha pedido al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, un trato similar para su sector, al que éste ha dado a la banca. Para ello, García Sanz ha anunciado que esta asociación va a pedir una reunión inmediata con el jefe del Ejecutivo.
"Nos gustaría -añadió- que el presidente del Gobierno repitiera con la industria del automóvil la misma foto que se hizo con los banqueros; y ya me gustaría que una industria del automóvil como la nuestra, y no hablo sólo de los fabricantes, sino también de proveedores, concesionarios e importadores, tuviera un reunión así para que recibiera información de primera mano".
García Sanz recordó que autoridades de Europa y los Estados Unidos se han preocupado por esta industria.
Las peticiones del sector automovilístico a la Administración pasarían, según el responsable de Anfac, "por un plan que ayude a reanimar el consumo y que sea fácil y accesible para todos".
El presidente de Anfac repasó la actual situación del sector, salpicado de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) ante la caída de la producción.
"Más de los EREs que hemos presentado, no creo que vayamos a presentar", dijo, y agregó: "se han tomado medidas suficientes para afrontar la caída del mercado".
Inquietud es el estado de ánimo que define la visión del sector para 2009, pues García Sanz confiesa que nunca, en sus muchos años en el sector, ha vivido una situación en la que a mes de octubre no se sabe cómo va a cerrar el año en curso.
Como ejercicio de voluntarismo se señaló que un cierre en 2009 con 1,1 millones de turismos sería un buen resultado.
El papel de las Administraciones Públicas también fue demandado por García Sanz para clarificar la situación a corto plazo, cuando afirmó que "más importante que lo que ha pasado este año, que sobreviviremos, es lo que está por venir y cómo nos puede ayudar el Gobierno para reanimar el consumo".
La vertebración del sector, según García Sanz, es uno de los ejes de su futura gestión como presidente de Anfac. "Es una cuestión que nos tenemos que plantear -aseguró- y ya se la he planteado a la junta directiva de mi organización".
"Al final, el gran interés que nos une a todos es la propia industria del automóvil, pues creo que podemos mejorar el trabajo conjunto".
Como presidente de Anfac eludió concretar el riesgo real de fuga de fabricantes a otros países de economías emergentes, pero en el plano personal no ocultó su preocupación por el peligro de la pérdida de competitividad de la industria.
"Como no seamos capaces -dijo- de ajustar todo nuestro sistema de la cadena de valor añadido del automóvil a las nuevas amenazas que nos vienen del Este de Europa, perderemos competitividad. La única posibilidad que tenemos es ser más productivos".
Definió como "punto clave" de la industria las inversiones en I+D y se preguntó por qué Alemania, con la mano de obra más cara y la jornada laboral más corta es un líder exportador: "por su tecnología", respondió.
El presidente de Anfac admitió que "la industria automovilística española está dirigida por control remoto, porque los centros de decisión no están aquí, y ahí predomina un componente nacionalista y siempre será así.
"Como dice Ghosn -apuntó- antes cerrarán una fábrica en Tánger que en Francia. Como esa situación no la vamos a cambiar, vamos a invertir en I+D. Con sinceridad ¿qué empresas tenemos en España para desarrollar las pilas para los coches eléctricos?. No hay".
La apuesta del ministro de Industria por los coches eléctricos, para García Sanz, "es el reflejo de una visión que comparto, pues es motivar a la industria para que nos movamos en ese sentido. Estoy seguro que llevamos a Sebastián un proyecto serio para desarrollar pilas para coches eléctricos y se vuelca. Pero no vayamos sólo a la Administración con peticiones, llevemos también proyectos".
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