El Arzobispo de Oviedo, Carlos Osoro, hizo ayer pública una carta con motivo de la Jornada Mundial de acción por el trabajo decente que se celebra el día 7. En el escrito ‘Un nuevo enfoque a la globalización’, Osoro sostiene que la implantación de un trabajo decente "requiere nuevas formas de solidaridad".
En opinión del prelado asturiano, en el actual contexto económico "caracterizado por grandes procesos de globalización económico-financieros cada vez más rápidos se necesidan apoyar nuevas formas de solidaridad que vienen exigidas por determinadas situaciones como los contratos atípicos o temporales, la pérdida de puestos de trabajo de empleo, el fenómeno migratorio y su injusta discriminación laboral, o la explotación infantil entre otras.
El Arzobispo cree que el trabajo decente "debe llevar a un desarrollo integral de la persona humana que, sin duda, favorece más la productividad y la eficacia en el trabajo". "Desde la óptica de la empresa, el trabajo decente conlleva que ésta se considere no tanto una sociedad de capitales, cuanto una sociedad de personas que entran a formar parte de ella de manera diversa y con responsabilidades diferentes".
En el documento, Carlos Osoro recuerda que la postura de la Iglesia es que "el trabajo decente es un bien para todos y debe estar disponible para todos" y que "la falta de trabajo y la desocupación es una verdadera calamidad social".
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