La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, anunció ayer que "después de discusiones con los interesados", el administrador delegado de Dexia, Axel Miller, y el presidente del Consejo de administración, Pierre Richard, han renunciado a las indenminaciones previstas en su contrato en caso de dejar la entidad, apodadas ‘paracaídas de oro’. Las indemnizaciones de Miller se habían estimado en cerca de 3.700 millones de euros.
Miller y Richar se vieron obligado a dejar sus puestos después de que Bélgica, Francia y Luxemburgo se vieran obligados a inyectar 6.400 millones para evitar la quiebra del banco y Lagarde había condicionado la aportación del Estado a la renuncia de sus blindajes. De hecho, la ministra sostiene en un comunicado que el Gobierno francés se opone "firmemente" al pago de paracaídas para dirigentes dimisionarios de sociedades en situación difícil. "En esas condiciones, el Gobierno y la Caja de Depósitos han tomado la decisión de desbloquear desde este momento los fondos destinados a suscribir el aumento de capital de DEXIA en el Consejo de administración que se celebrará esta tarde", dice Lagarde.
El ministerio recuerda que la decisión de participar en el aumento de capital de Dexia se adoptó para garantizar la continuidad de la financiación de las colectividades locales francesas, dado que Dexia Crédit Local es el principal prestamista, así como para contribuir a la seguridad y estabilidad de los sistemas financieros francés y europeo.
Asimismo, subraya que los accionistas se han comprometido a presentar las medidas necesarias para mejorar en profundidad la gobernanza del grupo, en particular sus órganos de gestión.
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