Las personas con apellidos poco frecuentes tienden a tener un nivel socioeconómico mayor que aquellas que ostentan otros más comunes, según señala el estudio de la Universidad Carlos III de Madrid ‘Surnames and social status in Spain’ hecho público ayer.
Así, los investigadores atribuyen estos resultados a un nivel relativamente bajo de movilidad social y a un comportamiento señalizador de las dinastías con éxito mediante la creación de apellidos compuestos.
En este sentido, la probabilidad de que personas con apellidos comunes accedan a niveles sociales elevados es más de un 45 por ciento superior a lo que debería ser si no existiese "sesgo" entre apellidos y nivel social, reseña el trabajo.
"Considerando profesiones de prestigio, si se agrupa por un lado al 10 por ciento de la población con los apellidos menos frecuentes y por otro 10 por ciento población con apellidos comunes, se encuentra que el número de personas con esas profesiones de prestigio y apellidos poco frecuentes", explica el investigador Ignacio Ortuño.
Por otro lado, los investigadores encontraron la relación inversa, es decir, en las profesiones prestigiosas el número de personas que las ejercen y que portan apellidos comunes es un 20 por ciento menor que en otras profesiones.
"Hay menos García, Alonso, López y otros apellidos comunes entre las personas con mayor estatus social que lo que debería observarse si no existiera el sesgo que aquí detectamos", afirma Ortuño que pone como ejemplo los apellidos de los profesores universitarios españoles que "presentan este sesgo de forma significativa".
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