La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, mostró ayer su apoyo a los sindicatos en su lucha por el trabajo decente, y adelantó que algún miembro del Gobierno acudirá a la jornada mundial que se celebrará el próximo día 7 de octubre en diversos países de todo el mundo.
En una rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa, De la Vega calificó de "fructífero" el encuentro que mantuvo ayer con el secretario general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), Guy Ryder, el secretario general de CC.OO., José María Fidalgo, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, y el secretario general de USO, Julio Salazar.
De la Vega destacó la labor de los sindicatos al querer hacer "oír su voz" sobre la importancia de conseguir un trabajo decente, "seguro, digno, sin discriminación y con derechos reconocidos".
La vicepresidenta recordó que hoy en día hay más de doce millones de personas que trabajan en condiciones de esclavitud, más de 200 millones de niños menores de quince años trabajan en lugar de ir a la escuela y más de dos millones de personas mueren a causa de algún accidente o enfermedad laboral.
"El Gobierno siempre estará con ellos en la lucha por el trabajo decente", aseguró, tras afirmar que éste es uno de los pilares del Gobierno socialista porque "es y seguirá siendo" una seña de identidad del mismo. "La prueba son unos Presupuestos que dedican más de la mitad de sus recursos al gasto social. El frenazo de la economía no va a mermar los avances sociales", indicó.
De la Vega reconoció que durante la reunión se trató el tema de la directiva europea que pretende alargar la jornada laboral hasta las 65 horas, y aseguró que el Gobierno ya ha rechazado esta propuesta y lo seguirá haciendo en el futuro porque representa un "paso atrás" en la conquista de derechos laborales. "El Gobierno seguirá trabajando con los sindicatos en este sentido", adelantó.
MOVILIZACIÓN HISTÓRICA.
Por su parte, el secretario general de CSI se mostró satisfecho ante la reacción del Gobierno español y adelantó que más de 100 países han confirmado su apoyo y participación en las jornadas mundiales del 7 de octubre.
Ryder consideró "histórica" una movilización mundial en la que se oirán premisas revindicando el trabajo decente, protección social para los trabajadores, respeto de derechos y lucha contra la pobreza, con mensajes de responsabilidad, generosidad y solidaridad frente a la "avaricia" de algunos sectores económicos en los últimos tiempos.
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