El fabricante sueco de automóviles Volvo Cars, perteneciente al grupo estadounidense Ford, admitió ayer que habrá una nueva reducción de personal, la tercera desde junio, aunque rechazó dar cifras concretas por el momento.
La televisión pública SVT habló de 1.000 despidos, citando un informe interno de la compañía, aunque su portavoz Olle Axelsson dijo que Volvo Cars está analizando toda la compañía para decidir el número final y que eso llevará un par de semanas.
Axelsson añadió que es necesario reducir costes de forma urgente, que ningún escalafón de la empresa está a salvo e insinuó que la cifra final podría superar los 900 anunciados hace dos semanas en el segundo recorte.
La firma sueca ya había presentado en junio un plan para reducir costos de 4.000 millones de coronas suecas (unos 426 millones de euros) y que afecta a 1.200 trabajadores en Suecia, además de 300 en el exterior.
Volvo Cars tiene una plantilla de cerca de 24.000 empleados.
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